_
_
_
_
_

"España se ha convertido en una colonia económica de Europa"

"Europa ha convertido a España en una colonia económica con las leyes del Mercado Común. Europa no existirá por culpa de los excesos de egoísmo y de incomprensión de la realidad propia y mundial". La afirmación corresponde a Román Perpiñá Grau, el abuelo de nuestros más prestigiosos economistas actuales, premio Príncipe de Asturias en ciencias sociales en 1981, nacido en Reus (Tarragona) hace ahora 84 años, que dedica su tiempo "a gozar y divertirse con libros, conferencias y artículos" en los que recoge su preocupación de siempre: "Que el Estado no nos tenga por súbditos, sino por ciudadanos. Que España no sea para el Estado, sino el Estado para los españoles".

Fundador del Centro de Estudios Económicos Valencianos en 1930, está considerado como el gran maestro de la corriente estructural y experto en el funcionamiento de la economía internacional. Claro exponente del liberalismo económico, Román Perpiñá recuerda que en teoría económica no se explica el intercambio más que partiendo de una libertad de comercio", que nunca se ha dado, aunque en determinados sistemas se acerca un poco, pero la teoría económica pura es imposible"."Europa ha propugnado el liberalismo comercial", comenta Perpiñá Grau, "pero ahora resulta que se encierra dentro de sí misma con proteccionismos. ¿No indica eso que hoy no preside la razón, sino la absurdidad?"

Su idea de que nuestro país ha sido colonizado económicamente por el resto de Europa se fundamenta en un libro escrito por el francés Delaisi, Les deux Europes.

Delaisi afirma que había dos Europas, la del caballo de vapor (industrializada) y la del caballo de sangre (agraria), y se preguntaba para qué necesita la Europa industrializada tener colonias si las puede tener en sus mismas puertas, afirmando que había que colonizar esa Europa de caballos de sangre.

Perpiñá Grau considera que "si la industrializada era una zona rica, nosotros lo éramos más", pero no quiere hablar sobre si España podía seguir al margen de la Comunidad Europea, "porque ése es un tema largo y político, y yo no quiero hablar de política".

El egoísmo mundial

En su opinión, el egoísmo mundial impide cualquier juicio sobre una posible evolución del empleo en los países industrializados, y se muestra pesimista sobre el futuro: "Yo sólo veo crecimiento de ese egoísmo y de esa falta de solidaridad humana, lo que genera un panorama de descomposición social en todo el mundo, porque ha llovido para todos".¿Cómo puede influir en la economía internacional la nueva legislación fiscal de Estados Unidos, profesor?

Perpiñá considera que el presidente Reagan está rodeado de economistas asesores que le proponen muy diferentes dosis de sistemas matemáticos que drogan a la economía y consiguen fines que se proponen y que a la larga producirán consecuencias insospechables. Esta situación es consecuencia de una fe ciega en los diversos sistemas de la actual teoría económica, y lo cierto es que Estados Unidos hace años que se está moviendo con soluciones a medio plazo.¿Y qué habría que hacer ante esa situación?

El abuelo de los economistas españoles es rotundo. Lo lógico en economía ahora sería no creer tanto en el progreso indefinido y saber acomodarse, cuando es necesario, a no provocar progresos imposibles en ciertas épocas. Por eso hablo de drogas, que provocan una euforia, pero después ésta se paga.

'Delenda est Europa'

Román Perpiñá preside en Alicante las Primeras Jornadas de Economía Española, organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander y la universidad de esta ciudad, en colaboración con otros organismos públicos, para analizar la situación y perspectivas del sector terciario. Recuerda su conferencia de este verano, en Santander, sobre el origen y consecuencias de la Comunidad Económica Europea, y recurre al ejemplo de la Grecia antigua, "en la que cada Estado iba por su lado"."Es posible", afirma este viejo profesor, que reitera su desinterés por hablar de temas políticos, "que hoy se pueda aplicar a Europa lo que se aplicó entonces a Cartago, porque, si se sigue actuando desde puros egoísmos, delenda est Europa".

Para él, "nuestro mundo está dividido por poderes guerreros y un desprecio del Tercer Mundo, antes explotado en lo que interesaba a los países industrializados". Insiste en que "cada país es un animal de especie distinta", y apunta una solución evidentemente filosófica: "La solución es que en nuestro interior hallemos los principios humanos que permiten la convivencia.

Sin esta renovación, el político nada puede hacer, sí no es drogando a la gente para conducirla a donde quiere, tanto en cuestiones económicas como en sus costumbres".

A sus 84 años, Román Perpiñá se define como un ácrata, aunque matiza: "Lo soy porque entre todos me han hecho ácrata".

Román Perpiñá aspira a continuar sus días "tranquilo y sin protagonismos", y se siente "muy satisfecho" del nivel actual de la ciencia económica española, por considerar que "ha dado pasos de gigante".

En la apertura de las jornadas de Alicante sobre economía es pañola explicaba con satisfacción a los centenares de economistas y que asistían al acto: "Estoy contento porque hace 50 años yo estaba prácticamente solo, y ahora me veo rodeado de estupendos economistas que fueron alumnos míos y de muchos jóvenes que quieren ser economistas".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_