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Peralta, un oasis de prosperidad

Una localidad navarra donde la iniciativa vecinal evita la existencia de paro

En Peralta no hay paro. No se conoce una huelga ni un conflicto laboral desde hace años, y parece que este enclave, situado a 60 kilómetros de Pamplona, tenga una especial atracción para los inversores. Peralta es un núcleo de población de 4.469 habitantes, incrustado en tierra de regadíos y enormes campos, rodeado de prósperas industrias y, según su alcalde, José María Jiménez, "ejemplo de equilibrio entre el sector agrícola, el industrial y el sector servicios". Ha sido la iniciativa vecinal la que ha producido estos logros.

En Peralta no existe el desempleo. O si existe -matiza el alcalde en su despacho- es un paro eventual, producto del final de las campañas del espárrago, el melocotón, el tomate o el pimiento en las industrias conserveras de la localidad. Campañas que se prolongan y se engarzan a lo largo de casi todo el año y que emplean la mano de obra femenina, la mano de obra, poca, que en ese momento, desocupada, se halla inscrita en el Instituto Nacional de Empleo (Inem) a la espera de una nueva tarea... "En Peralta", asegura su máximo representante, "todo el mundo se dedica a algo, todos los vecinos tienen algo que hacer. Así que es cierto, es un orgullo para todos porque en el pueblo el paro no es ningún problema".Existe la creencia de que el peraltés es un hombre que ama mucho a su pueblo. Hasta aquí nada es anormal. Sin embargo, esta creencia se ve confirmada ante el hecho de que todas las grandes empresas que hoy existen en la localidad ribereña fueron fundadas por peralteses. "Grandes empresarios, arriesgados y amantes de Peralta. Eso es lo que tenemos aquí", afirma José María Jiménez al enumerar las decenas de grandes, medianas y pequeñas empresas que, a modo de hongos, han hecho posible el milagro del pleno empleo en medio de un terreno agrícola al que, curiosamente, sólo se dedican de manera directa 380 vecinos censados.

Las empresas tienen hombres y cometidos diferenciados y complementarios, en muchas ocasiones, con las tareas agrícolas. Azkoyen Industrial, SA, es la empresa más importante de Peralta. Proporciona trabajo a más de 300 vecinos y está dedicada a la fabricación de máquinas automáticas de venta, preferentemente de tabacos. Le siguen Jofemar, en el mismo ramo, con 80 trabajadores; así como fábricas conserveras de alimentos congelados, cooperativas, empresas de construcción, de maquinaria agrícola y un largo capítulo de nombres.

Plazas vacías

La realidad en Peralta es que no se ven en sus plazas y aceras personas desocupadas, jóvenes o viejos. Aunque los primeros expresen su malestar por lo que consideran bajos sueldos, denuncien la existencia de cierta economía sumergida al servicio de las empresas más grandes, alimentada en domicilios del pueblo por vecinos subempleados, y detesten la inseguridad laboral que producen los contratos eventuales, firmados una y otra vez y extinguidos otras tantas, en las empresas conserveras.A pesar de reconocer que el paro no existe en la práctica, los jóvenes afirman que existen sistemas caciquiles de contratación en algunas tareas agrícolas.

José María Jiménez, el alcalde, asegura que la situación privilegiada de Peralta no es ningún secreto. "A veces, cuando finaliza una campaña en las conserveras, los inscritos en el Inem sobrepasan el centenar, pero rápidamente son absorbidos para otros trabajos".

Las conserveras emplean a la práctica totalidad de la mano de obra femenina. El propio Ayuntamiento, dominado por la Agrupación Agrícola y Ganadera (AAG), independientes de izquierda y el. PSOE, fomenta las obras municipales de infraestructura y urbanismo. Obras subvencionadas por el Gobierno de Navarra y realizadas con mano de obra del Inem. El sector de la construcción resurge de nuevo, pues los jóvenes se casan en Peralta y se quedan a vivir en el pueblo. No son raros los casos de vecinos de Pamplona que trabajan en es a localidad e incluso trasladan allí su domicilio. Peralta es foco de atracción laboral. Andaluces y extremeños en el espárrago, personas de las localidades vecinas en las hortalizas, operarios y técnicos de Pamplona en la industria.

El alcalde sentencia: "Peralta es un pueblo rico". El Ayuntamiento concede ayudas para el asentamiento de nuevas empresas en el único polígono industrial existente, de titularidad municipal, y en estos momentos el consistorio tiene adjudicados tres nuevos terrenos para pequeñas empresas con una media de contratación calculada en tina docena de trabajadores cada una.

Una amenaza

Los 700 alumnos de EGB y los 180 estudiantes de la Escuela Profesional amenazan el invento. El alcalde tiene esperanza en que Peralta siga siendo una excepción a la crisis: "Las empresas van a más y el espíritu de inversión aumentará en el pueblo", Jiménez recuerda las dos últimas crisis empresariales de Peralta, hace cinco años largos, y el resurgimiento de dos sociedades anónimas laborales que empleraron a más del 50%. de los afectados. Hoy funcionan ambas.Los más jóvenes, sin embargo, ponen los puntos sobre las íes al afirmar que el empleo de Peralta es, en una parte significativa, un empleo precario, poco justo, acostumbrado a la autosuficiencia con la multiplicidad de tareas agrícolas, a apañarse merced a la generosa tierra y al hierro de la fábrica, pero poco dignificado.

Peralta, 30.000 hectáreas de regadío, rica en comunales, no conoce el paro asfixiante, aunque tenga que pagar un precio por ello que muchos consideran injusto.

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