_
_
_
_
_

Pepa López

Encarna a Visanteta de Favara en el último montaje de Boadella

Miguel Ángel Villena

Esta valenciana de Villajoyosa, de 33 años de edad y aspecto alegre y agitanado, representa de algún modo un teatral cruce de culturas entre Andalucía y Cataluña. De hecho, la trayectoria vital y artística de Pepa López se ha repartido entre Sevilla y Barcelona, donde ha trabajado con Salvador Tavora en el grupo La Cuadra y con Albert Boadella en Gabinete Libermann y en Visanteta de Favara, el reciente y polémico montaje sobre la obra del escritor valenciano Josep Bernat i Baldoví.

Pepa López reconoce que ha tenido excelentes maestros en Boadella y Tavora y confiesa sin orgullo, pero con seguridad: "Todo lo que he hecho en mi carrera lo puedo defender, y eso es algo muy importante en el mundo del teatro".La actriz valenciana accedió al teatro a partir de una vocación tardía, tras unos cursos de pantomima y expresión corporal que realizó en Barcelona a fines de los años setenta y en los que trabó conocimiento con profesionales que habían trabajado con el grupo catalán Els Joglars. Reconoce que sucumbió al veneno del teatro y que a partir de entonces no se planteó ya ejercer su carrera de Magisterio. Sus comienzos artísticos se desarrollaron en el grupo Tossal Teatre, y poco después una sustitución le brindó la oportunidad de trabajar durante dos años con el grupo sevillano La Cuadra, que dirige Salvador Tavora.

Su negra melena y sus grande ojos contribuyeron a representar en escena la imagen clásica de la mujer sureña en Andalucía amarga y a encarnar el personaje de la madre de Federico García Lorca en Nanas de espinas. "Al principio", confiesa, "tenía un cierto miedo de no poder plasmar bien una personalidad como la andaluza. Pero Salvador Tavora me animó y me dijo que el lenguaje del teatro era universal y que a pesar de ser valenciana no tendría ningún problema para dar vida a mujeres andaluzas".

Decide volver a Barcelona y entra en la compañía que puso en escena un espectáculo underground de Al Víctor titulado Bar delirium. Participa en otros montajes de corta vida hasta que Albert Boadella la elige para realizar el papel de la enfermera Rita Llopis en Gabinete Libermann.

Pepa López está satisfecha de su intervención en Visanteta de Favara, donde se desdobla en varios personajes en un auténtico ejercicio de interpretación. "A diferencia de lo que ocurría en Gabinete Libermann, mis papeles en el montaje actual me obligan numerosas e impulsivas entradas en escena, lo que supone irrumpir siempre en un tono muy fuerte. El esfuerzo compensa porque la respuesta del público valenciano ha sido muy visceral, y un actor se encuentra muy a gusto cuando aprecia una reacción de piel a piel".

En opinión de Pepa López, el montaje de Visanteta de Favara le ha servido a Albert Boadella para dirigir un sainete fallero en el que muestra una caricatura de los hábitos y las costumbres de los valencianos. "De la misma forma se planteó Boadella la obra Los virtuosos de Fontaitzebleau, en la que ridiculizaba la conducta y las ideas de los catalanes".

La actriz no tiene todavía proyectos definidos para el futuro, aunque afirma que residir en Barcelona no le ha supuesto hasta ahora ningún obstáculo profesional. "En la actualidad existe un intenso y saludable tráfico de actores y no descarto la posibilidad de marchar a trabajar a Madrid durante una temporada, siempre y cuando tenga una buena oferta". Y aunque reside desde hace ocho años en Barcelona, tampoco renuncia a trabajar de forma estable en la Comunidad Valenciana.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_