Josep Maria Mallol pintor
El pintor Josep Maria Mallol Suazo murió el pasado martes por la tarde en el hospital Clínico de Barcelona tras sufrir una larga enfermedad. Con él desaparece uno de los pintores figurativos más prestigiosos de Cataluña adscritos al realismo propio de la sala Parés.Nacido en Barcelona en 1910 y formado en las Escuelas de Bellas Artes de la Llotja, con maestros de la talla de Félix Mestres en el dibujo y Ramón Calsina en la pintura, es un caracterizado maestro de la pintura que siguió a la gran generación de los Nonell, Russiñol, Casas, Canals, etcétera, prosiguiendo los postulados realistas y figurativos sin vincularse a los movimientos de vanguardia.
Artista de grandes facultades, con un vasto dominio del dibujo, la composición y el color, seguirá una trayectoria muy independiente y personal, alejada de tendencias o ismos temporales.
Su personalidad, marcadamente introvertida, culta, reservada, se reflejaba en su pintura, resultado de una gran madurez de experiencias y suma de un acercamiento progresivo a la densidad y a la concentración formal, especialmente en el tratamiento de la figura humana (mujeres y niños), si bien también notable en sus paisajes y naturalezas muertas, campo en el que igualmente destacó.
La crítica ha hablado de su sabiduría técnica y del dominio excepcional del dibujo, que configuraba y daba trabazón interna a toda su obra, siempre pausada, concentrada, metódica y muy estudiada. Por ello, todo en sus cuadros parece hallarse sumido en una cierta intemporalidad, sin improntas impresionistas o expresionistas. Esa inmovilización de cuerpos y paisajes respira, además, una cierta melancolía rayana en la tristeza, la de su mundo interior.
Aunque pintó el paisaje catalán, el italiano y el brasileño, en con tacto directo con la naturaleza, la suya es una labor de taller, de ejercicio diario, de estudio de las formas, las masas de color, las texturas y los valores pictóricos desde esa realidad tan suya que fue captar magistralmente la quietud y la detención de los seres y las cosas con un lenguaje muy propio, marcadamente diferenciado del de sus compañeros de generación.
Fue académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, obtuvo importantes premios nacionales e internacionales y expuso en París, Venecia, Londres, Nueva York, Los Ángeles, Caracas y Montevideo. En Barcelona lo hizo habitualmente en las galerías Syra, hasta los años cuarenta, y desde entonces hasta la actualidad, en la sala Parés.
Daniel Giralt-Miracle es jefe del Servei d'Arts Plástiques de la Generalitat de Cataluña.
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