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GENTE

Félix Fernández,

de 19 años, vecino del pueblo leonés de Quilós, se bañaba en el río Cúa con unos amigos, cuando oyó unos gritos que provenían del interior de una tienda de campaña situada en la orilla del río. El joven, alarmado, decidió socorrer a los atribulados campistas, y se encontró con una mujer con dolores de parto y con su compañero con síntomas similares, a juzgar por los alaridos que lanzaba. Ante la urgencia del caso, Félix Fernández seccionó la parte inferior del bañador de la mujer con un cuchillo de cocina. A los pocos minutos salió el bebé, a quien el joven cortó el cordón umbilical con el mismo cuchillo, atándolo, según declaró, con "un trozo de bramante como el que se usa para atar los chorizos". Finalizada la operación, el aprendiz de partero se limitó a dar un consejo: "Yo no sé hacer nudos, así que cuando vayáis a casa reparáis esta chapuza". Sin embargo, el improvisado comadrón no era tan nuevo en estas lides, ya que asegura que se inició en el oficio en su casa, "cuando ayudaba a las vacas a parir".

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