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Toby Robertson

Especialista en Shakespeare, dirige 'Coriolano' con actores españoles

Director hasta 1980 del mítico Old Vic de Londres, que fundara sir Laurence Olivier, Toby Robertson, director teatral, decidió "no formar parte ni estar relacionado con el cinismo que implica trabajar con las compañías nacionales inglesas". Robertson se encuentra en España dirigiendo la traducción del actor Eusebio Lázaro, que hoy se estrena en el Festival de Teatro de Mérida, de Coriolano, de Shakespeare, autor del que es uno de los más prestigiosos especialistas. En España son conocidos sus trabajos a través de TVE, donde se emitió la producción que realizó para la BBC de Londres de la versión Yo, Claudio.

Hoy Toby Robertson es director asociado del Festival de Edimburgo y director del mayor Centro Cultural de Artes Contemporáneas de Gales, donde dirigió antes de acudir a España, con la actriz Vanessa Redgrave, La fierecilla domada y Antonio y Cleopatra, ambas de William Shakespeare.En sus declaraciones, Robert son habla del fracaso de todas las ilusiones y los intentos de rescatar el teatro clásico de una muerte segura, que se forjaron en los años sesenta en el National Theatre y en la Royal Shakespeare Company.

Tras alejarse del mundo de los Teatros Nacionales, trabajó cuatro años en Estados Unidos, donde recibe por su labor de director el Premio Obie de Teatro, máximo galardón que se concede en el Broadway neoyorquino.

Robertson habla en un momento en el que la Prensa británica ha desatado con furia una polémica en la que se plantea si los directores de teatros nacionales están desarrollando su trabajo para un teatro público o realizando algo muy personal para su carrera. "Es un momento álgido", indica, "de debate entre los profesionales. Se está poniendo en cuestión, en uno de los países de mayor tradición, ejemplar en la creación de dos grandes compañías nacionales, si esa fórmula funciona o no". Los grandes directores ingleses como Toby Robertson, Johnathan Miller, Peter Brook, que fundó la Royal junto con gente como Cliford Williams, son personas que se están desmarcando y no quieren saber nada con estos teatros "devoradores de grandes presupuestos y que en realidad están dando una imagen, con alta técnica, pero vacío de contenidos'.

Toby Robertson se encuentra "feliz" preparando Coriolano. "El haber trabajado en España un mes ha sido más gratificante que los últimos trabajos en Londres. La razón es la diferencia en el entusiasmo de la compañía, así como la confianza y la fe que había en el proyecto, a pesar de trabajar en condiciones económicas y técnicas muy duras".

Su vida es el teatro. "No tengo muy claro para qué sirve", afirma, "pero no sabría qué hacer sin él. No puedo dejar de hacer teatro, por lo que vivo en un estado continuo de insatisfacción y descontento divino".

Su vida es la normal en un ajetreado hombre de teatro. Ello no le impide disfrutar de sus "pequeñas pasiones", como beber y comer, (hobbies reflejados en una rotunda barriga), la vida noctámbula, la pintura y la vela, que suele compartir con sus cuatro hijos.

Va a menudo al teatro, de donde sale indefectiblemente con una importante depresión, "bien porque son muy malos y me deprimen, o porque son muy buenos y siento que nunca podré alcanzar ese grado de excelencia". Piensa que los grandes actores de los años veinte a los sesenta o se han muerto o se están muriendo, y no hay sustitutos.

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