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Un puesto de trabajo en la construcción genera otros 2,6 inducidos

La construcción en España está agotando la herencia de sus mejores años. La entrada en la Comunidad Europea puede ser la excusa para afrontar su adaptación a los nuevos tiempos, marcados fundamentalmente por la innovación tecnológica y la mayor capacitación

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El sector creció un 1,8% en 1985

Profesional. cuestiones ambas que inciden directamente en incrementos de productividad y mejora de costes, dos importantes deficiencias que saca a la luz un estudio elaborado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), en el que se compara el sector español con el de los países comunitarios.Las diferencias del sector de la construcción español respecto al de los países comunitarios es más de carácter cuantitativo que cualitativo. Así, según se desprende del estudio, su participación en el Producto Interior Bruto (PIB) se sitúa en los momentos actuales, para el caso español, en torno al 7%, mientras que en la CE oscila entre el 7% y el 8%. Sin embargo, mientras esta cifra ha permanecido estable en los países europeos, en España las oscilaciones han sido muy bruscas, partiendo de unos niveles en 1966 muy inferiores para alcanzar valores máximos -el 9,1% del PIB- en 1974.

Asimismo, al igual que en Europa, el. sector de la construcción se caracteriza por su carácter cíclico, mostrándose extremadamente sensible en los períodos de recesión económica y escasamente sensible a los momentos de recuperación. No obstante, desde esta perspectiva, hay grandes diferencias en la participación del sector en el PIB, según se opere en términos corrientes o constantes (inflación sectorial).

Según el estudio, tomando como base 100 el año 1970, la inflación de la construcción en España en 1981 se situaba en el 604,6%, -en base al mismo índice, la inflación de la economía era del 485,8%-, mientras que la media del sector en la CE era del 341,1 % y la de la economía comunitaria se elevaba a 285,5%. Por países, la situación desfavorable de España es manifiesta salvo en el caso de Italia con unos índices de 700% y 565,9%, respectivamente.

Causa-efecto

El estudio determina, por otra parte, la relación de causa-efecto que se da en la construcción española entre la crisis que padece y su efecto multiplicador. Paradojicamente, buena parte de la crisis le ha sido impuesta por su dependencia de dos sectores: el de productos derivados de minerales no metálicos (como el cemento, por ejemplo) y la siderurgia. Ambos sectores, fuertemente consumidores de energía, contagiaron su crisis -nacida en 1974- a la construcción. Paralelamente, el efecto multiplicador de la construcción se traslada fundamentalmente a ambos sectores. Esta dependencia no resulta tan rígida en Europa.Mientras a nivel general, el efecto multiplicador en España se mantiene en línea con el europeo -cada aumento de una unidad en la construcción genera un incremento de 1,8 unidades en la economía-, respecto al empleo hay un desfase notable con el entorno europeo. En este sentido, cada empleo directo creado en la construcción española genera 2,60 empleos inducidos, mientras que en la CE dicho efecto es superior y alcanza es a 3,59 trabajadores.

Sin embargo, España genera un mayor número de puestos de trabajo directos por unidad de inversión. Según el estudio, por cada millón de pesetas invertidos, España genera 0,392 empleos, mientras que en la RFA, este cociente es de 0,188; en Francia, 0,192; en Gran Bretaña, 0,175 y en Italia, 0,253. Por otra parte, la participación -del empleo en construcción dentro de la población activa total es decreciente tanto en la CE como en España. En el período 1982-1983, la media de la CE esta en el 7,1 %, mientras que en España es del 8,4%. No obstante, las cifras de paro son muy desfavorables para nuestro país, con una tasa sectorial de desempleo del 36%, frente al 16% en la CE.

Con todo, la situación más ventajosa dentro de la comparación con la CE es la que corresponde a la productividad. Hasta 1977, con una productividad española en base 100, países como RFA, Bélgica, Francia o Dinamarca doblaban dicho nivel. A partir de 1981, los resultados se recortan (la RFA tenía un nivel 186; Francia, 162; Bélgica, 158 y Dinamarca, 124) debido a que los descensos de la población ocupada son superiores a los descensos de la producción.

Por otra parte, la evolución de los costes de la construcción se duplican e incluso triplican en España -e Italia- respecto a otros países de la CE y más concretamente con la República Pederal de Alemania y Gran Bretaña. Esta situación, aunque no hay datos homologables con los europeos, se ha traducido en el caso español en una deficiente capitalización.

No obstante, la situación a nivel comunitario resulta de por si significativa. Entre 1970 y 1981 -últimos datos disponibles-, el nivel de capitalización del sector era del 6,4% y el 5,8%, respectivamente, mientras que el esfuerzo de capitalización del sistema era del 24% y 20%. El desfase acumulativo en la capitalización del sector ha originado un creciente desfase tecnológico y productivo, que constituye el principal obstáculo para absorber la inflación de costes.

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