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Retegui I, un renovador de la pelota, que se retira con dos dedos amputados

El pelotari navarro Juan Ignacio Retegui, Retegui I, dejó la pelota profesional a los 42 años. En julio perdió dos dedos de la mano izquierda en un accidente. La mutilación en su zurda de oro, con la que revolucionó el juego del mano a mano, le ha obligado a la retirada. Atrás quedan seis títulos de campeón de España manomanista, récord que comparte con el vizcaíno Hilario Azcárate y con el actual campeón, Julián Retegui, Retegui II, su sobrino. En la pelota profesional de mano individual se habla del antes y después de Retegui I.

El 18 de julio, Retegui I se amputó los dedos índice y corazón de la mano izquierda a la altura de los nudillos: "Estaba en la cocina de mi casa, en el pueblo de Igoa. Mí mujer sacó una pierna de oveja, de la nevera, para cortarla: 'Deja, Encarna. Lo haré yo'. Cogí un hacha nueva, que había comprado pocos días antes, y al ir a dar el primer golpe, el mango se enganchó en mi camisa y el filo me fue a la mano que tenía apoyada. Los dos dedos cayeron al suelo y sentí más impresión que dolor, más susto y congoja que otra cosa. Pensé de inmediato en la pelota, y creo que grité varias veces:'¡Qué he hecho yo!".Retegui I fue seminarista, es maestro nacional sin ejercer y ha sido el protagonista de 2.000 partidos, sin contar los del campeonato, a una media superior a los 90 partidos durante 21 años.

Es el menor de 15 hermanos. Su padre murió joven, tras haberse herido en una pierna con un hacha cuando talaba árboles. La herida se infectó, no había penicilina y los 15 Reteguis se quedaron huérfanos en Erasun, pueblo de la montaña navarra con prados, montes, ganado y bosques. Era la primavera de 1943, cuando el que luego sería figura de la pelota tenía un año de edad.

"Siempre quise ser pelotari. Jugaba a mano con cualquier cosa redonda y en cualquier pared de mi pueblo. A los cinco años me rompí el brazo derecho intentando coger unas castañas -que no eran nuestras. El médico me prohibió todo ejercicio, pero yo jugaba con el brazo escayolado: le pegaba con la izquierda".

"Para las demás actividades soy ambidextro o derecho totalmente. Para jugar a la pelota soy zurdo, y siempre he creído que fue por aquella fractura". Retegui I estudió para fraile, de los 10 a los 18 años, en los maristas de Álava y Córdoba. Lo dejó cuando iba a hacer los votos definitivos: "Me daba vergüenza confesar que no tenía auténtica vocación. Me gustaba la vida de fuera y, sobre todo, la pelota. Lo dejé a tiempo".

El padre de Juan Ignacio jugaba a pelota. Han jugado sus hermanos, sus tíos y sus sobrinos, éstos en primera categoría profesional, sobre todo Julián Retegui.

"Es el mejor con mucho y tiene edad para ganar tres o cuatro txapelas más. Lo digo porque es cierto, no porque sea mi sobrino".

Con Retegui cambió la pelota. "Hasta salir yo se jugaba al bote. Yo comencé a jugar de aire (sin dejar botar la pelota), dándole de volea. Y se escribió entonces que ningún pelotari zurdo había sido campeón". Pero lo fue seis veces.

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