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El sindicato comunista francés convoca una huelga general contra la política del Gobierno

Soledad Gallego-Díaz

La Confederación General del Trabajo (CGT), sindicato comunista, ha convocado para hoy, jueves, una "jornada de lucha" que afectará a todo el país y que amenaza con provocar interrupciones en todos los servicios públicos: ferrocarriles, autobuses, aeropuertos, metro, hospitales... Se teme también que se produzcan algunos cortes en el que suministro eléctrico- lo que causaría una huelga forzosa en amplios sectores industriales.

Ésta es la primera "jornada de lucha" (equivalente a una huelga general) convocada por la CGT desde la llegada de, los socialistas al poder, en 1981, y responde, más que a un malestar social concreto al deseo de la central de demostrar su capacidad de movilización cuando faltan menos de cinco meses para las elecciones legislativas. El Partido Comunista Francés (PCF), que no forma parte del Gobierno desde 1983, decidió en su último congreso una política de ruptura con los socialistas.La jornada de lucha debía coincidir con una huelga en Renault, tradicional feudo de la CGT, pero la central se vio obligada a dar marcha atrás y llegar a un acuerdo con la dirección.

CGT no cuenta con el apoyo de ningún otro de los principales sindicatos del país. Tanto Fuerza Obrera tomo la Confederación Francesa Democrática del Trabajo han condenado esta movilización general que, según ellos, responde exclusivamente a intereses políticos y no laborales. Según los cálculos efectuados en medios gubernamentales, la jornada de lucha puede afectar fundamentalmente a la siderurgia, los ferrocarriles (donde se espera una reducción del número de trenes de entre el 40% y el 50%, el tráfico y, al red de autobuses de todas las ciudades importantes y, determinadas horas, en la red de metro. Las autoridades han anunciado que si se cumple la amenaza de reducir en un 30% la producción eléctrica y de gas podrán verse afectados hasta los servicios de emergencia de los hospitales. Se espera también qué no funcionen las oficinas de correo y telégrafos.

Efecto bumerán

El reto lanzado por la CGT se puede convertir a juicio de los otros sindicatos, en un bumerán, que termine golpeando a la propia central comunista, no tanto porque constituya un fracaso en cuanto al número de adherentes, sino porque aumente el malestar, que ya existe entre sus afiliados. La Confederación, General del Trabajo espera que la jornada de lucha se prolongue después, y hasta las elecciones generales, en una serie de acciones localizadas que calienten el clima social y coloquen a los socialistas en una posición difícil. El secretario general de la CGT, Henry Krasucki, por su parte, se ha quejado del cerco a que según él se encuentra sometida la central comunista.

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