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El interrogatorio al turco Omar Bagci evidencia su participación en el compló contra el Papa

Omar Bagci, el turco que guardó y entregó la pistola utilizada por Alí Agca en el atentado contra Juan Pablo II, en mayo de 1981, agravó ayer su posición al dejar plasmada la evidencia de su implicación en la conspiración contra el Papa cuando volvió a ser interrogado en el proceso de Roma. El fiscal volvió a interesarse al final de la sesión por el viaje que efectuó el acusado a finales de agosto a Bulgaria, tema este con el que se abrirá hoy la sexta sesión del juicio.

Hoy o mañana puede ser llamado a declarar el principal acusador del proceso, Alí Agca, que fue quien denunció la conspiración y acusó a los búlgaros de estar detrás del atentado.Bagci -vistiendo, como siempre, su cazadora de piel color gris, vaqueros, zapatillas deportivas y con aire asustado- batió ayer todos sus anteriores récords de declaraciones contradictorias -expresiones de "no sé", "no me acuerdo"- en el transcurso de su cuarto interrogatorio. Parece estar encubriendo, por miedo, a alguien desconocido hasta ahora. En el momento de mayor expectación de ayer, el presidente del tribunal, Severino Santiapichi, rompió el papel y los sellos judiciales de la caja de cartón que contenía la pistola utilizada por Agca en el atentado contra el Papa, se la mostró a Bagci y le preguntó: "¿Reconoce usted esta pistola, que entregó usted a Agca y que es con la que disparó al Papa?". Bagci se limitó a responder: "Puede ser. No la llegué a ver".

El acusado hizo, por otro lado, una curiosa definición de lo que él considera un terrorista: "Es quien mata y se dedica a negocios sucios". Pero a continuación se mostró reticente a aplicársela a Agca.

Un careo con Agca

Ante la situación de estancamiento a que parecía abocar la sesión del juicio, Santiapichi consultó al fiscal, Antonio Marini, y a los abogados defensores si no sería mejor que se pasase a efectuar directamente un careo entre Bagci y Agea para poder avanzar en el proceso. No hubo acuerdo entre las partes y Bagci continuó declarando.El acusado acabó reconociendo que había comunicado a otro de los cómplices de la conspiración el feliz cumplimiento. de su misión de entregar la pistola a Agca en Milán el 9 de mayo de 1981. Esto demuestra, según el fiscal, la plena implicación de Bagci en el compló, ya que no se trata simplemente de un mero "correo", sino de alguien que está al corriente de toda la operación. En anteriores declaraciones prestadas meses atrás a los jueces turcos, italianos y búlgaros, Bagci dijo, al día siguiente del atentado, que uno de sus amigos turcos de Suiza le dijo: "¿Has visto lo que ha hecho nuestro Agca con la pistola que tú le entregaste?".

Al finalizar la sesión, el fiscal, dando un giro total a sus preguntas, interpeló al turco si estaba al corriente de que otro de los implicados, aunque no procesado, Mehmet Sener, había pasado información a los búlgaros sobre refugios antiatómicos que se construyen en Suiza. Está pregunta sorprendió al auditorio, ya que se refiere a una afirmación lanzada por Agca, que posteriormente él mismo desmintió. ¿A qué se debe, pues, esta pregunta? En opinión de los observadores, se trata de una maniobra de Marini para comprobar la certeza del desmentido o recoger la acusación por otra boca que no sea la del agresor del Papa.

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Inmediatamente después volvió sobre el tapete el viaje de Bagci a Turquía, a través de Bulgaria, a finales de agosto de 1980. El fiscal le preguntó en qué empleó los casi dos días que tardó en cruzar el país balcánico, según consta en su pasaporte. Bagci negó haber empleado tanto tiempo en recorrer los 400 kilómetros.

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