'La niña de Luzmela', olvido y felicidad
Se dijo, quizá con razón, que la versión cinematográfica de La niña de Luzmela fue inferior a la novela. De la escritora santanderina Concha Espina se habían adaptado hasta entonces El jayón, Altar mayor y La esfinge maragata, en las que mostró "su profundo amor a toda España, y en particular, por motivos comprensibles, a su patria chica", según escribió Luis Gómez Mesa.Fueran o no reales las calidades de la novela, el filme quedó reducido a un simple melodrama, de gran éxito, que hizo muy popular a su principal actriz, María Rosa Salgado. Sus sufrimientos en el seno de esa familia que debía protegerla, pero en la que, "¡ay!, doña Regina es una mujer egoísta y seca de alma, y sus hijos, unos perturbados", cautivaron al público. La pobre Carmencita vive entre esos lejanos familiares "un calvario terrible, que oculta a Salvador para no hacerle sufrir y porque cree que debe- obedecer al padrino muerto": así se describe su tormento en el Anuario Cinematográfico de 1949.
Aquel tormento conectaría con los callados ahogos de las espectadoras fascinadas con los dramas ajenos. El boom del melodrama, frecuente en las posguerras, debió nacer de esa facilidad para el llanto sin motivo y de la reafirmación de los valores conservadores, tan exigibles cuando la victoria es de otros.
El filme, sin embargo, no estuvo a la altura de su éxito. El director, Ricardo Gascón -a quien btros bautizan como José, y hasta confunde Luis Gómez Mesa con Enrique Güirlez, otro oscuro director de la época-, no fue, como puede colegirse, un hombre de historia en el cine español. Barcelonés, nacido en 1910, recorrió todas las escalas de la profesión hasta dirigir su primer largometraje, en 1945, con claro conocimiento del oficio. Don Juan de Serrallonga y La niña de Luzmela son sus títulos má! importantes.
El triunfo que con ella obtuvo María Rosa Salgado, acompañada en el reparto por José Suárez y Osvaldo Genazzani -un actor italiano que frecuentó el cine español de los años cincuenta-, marcó una inmediata carrera para la actriz, que aportaba una imagen, entre frágil y seca, capaz de provocar lo cómplice, y también demarcar la distancia entre las españolas y las modelos europeas. Dentro del folletín ya mostró la actriz el novedoso porte, que fiaría más popular en Balarrasa o El inquilino, entre varias otras películas. Retirada del cineen los sesenta., ha intervenido en A un dios desconocido, de Chávarri, en un inteligente personaje de tierna mujer madura.
La niña de Luzmela se emite hoy a las 22.00 por TVE-2.
