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La tercera ampliación del Mercado Común

Ligeras concesiones españolas en vino y pesca para conseguir el acuerdo final

En la recta final de las negociaciones de adhesión, España cedió algo en el vino y en el desarrollo de su flota pesquera para lograr un acuerdo con la Comunidad Económica Europea en los temas de agricultura, pesca y asuntos; sociales. La flota española está condenada a reducirse si quiere modernizarse. Y es una de las más viejas de Europa. Tras el acuerdo final, los últimos capítulos que quedaban por cerrar han quedado de la siguiente forma.

Pesca. Las bases son similares a las contenidas en el compromiso de la semana pasada. Con una novedad mayúscula, a saber: que, durante los próximos 10 años, lo que se desguace de flota española dedicada a aguas comunitarias sólo podrá ser reconstruido en un nivel equivalente a la mitad del tonelaje, potencia y registro bruto desguazado, "hasta alcanzar una capacidad pesquera proporcional a los recursos".Esta "cláusula de renovación de la flota española en aguas comunitarias del Atlántico" -y no se trata de otras aguas- se revisará a los 10 años, pero perderá toda vigencia si los diez aumentan su capacidad de pesca. Es una fórmula que se presta a interpretaciones contradictorias. Francia y Dinamarca consideran que esta cláusula sólo se refiere a las zonas en que España faena en la actualidad, por lo que los países comunitarios podrían desarrollar sus flotas dedicadas al mar del Norte.

Francia, exigió esta cláusula para otorgar a España, en las actuales zonas en que nuestros pescadores faenan en la CEE, un cupo de 18.000 toneladas de merluza (el doble que el actual), una lista de base (le 300 barcos que puedan pescar en estas aguas y otra lista de 150 barcos que puedan faenar en altura simultáneamente (no obstante, cinco de estos últimos barcos no se podrán dedicar a la pesca de la merluza, el rape y el gallo). España dispone en la actualidad de 329 barcos para estos menesteres, por lo que habrá que suprimir la diferencia.

El box irlandés quedará abierto al cabo de 10 años a la pesca española, y para esa fecha se tendrá que haber discutido la apertura del mar del Norte. El acceso a la zona costera francesa de seis a 12 millas queda reducido, pues sólo alcanza hasta la isla de Ré. Pero 64 cañeros podrán faenar en estas zonas, con los límites tradicionales. España recibirá una ayuda preadhesión para la reestructuración de su flota equivalente a 3.500 millones de pesetas, y algo menos de la mitad tras el ingreso.

Asuntos sociales. La norma de este capítulo son siete años de período transitorio para la libre circulación de trabajadores, incluido el territorio luxemburgués (siendo este último punto una mejora respecto a posiciones anteriores de la Comunidad). Se logra la igualdad de trato para los actuales trabajadores españoles en los diez y para el acceso al trabajo de sus familias, aunque la equiparación de las prestaciones sociales familiares no tendrá lugar hasta pasados tres años. No obstante, si un acuerdo bilateral o multilateral es más favorable a estos efectos, se aplicará este último.

Agricultura. Todo queda como estaba, salvo el vino. España ha aceptado una cuota de producción de vino de mesa de 23,3 millones de hectolitros. Ésta es una auténtica cesión a las pretensiones francesas, ya que las cifras que se barajaban antes eran más elevadas, aunque técnicamente no lo parecieran. En cuanto a las exportaciones españolas de vino, se verán gravadas con montantes correctores que las encarecen sólo en caso de perturbaciones en el mercado comunitario. La aproximación de precios se hará en siete años. Y, por otra parte, el acuerdo implica que a medio plazo desaparezcan en España los llamados vinos de denominación de origen, que pasarían a ser contabilizados como vinos de mesa para reforzar la particularidad de los vinos auténticamente de calidad.

fin el aceite de oliva, España se ha visto forzada a aceptar una, aproximación de precios de sólo un 5% anual a los comunitarios hasta que se reforme el régimen que impera en la CEE para evitar la producción de excedentes. Esta medida satisface al Ministerio de Hacienda, pero no llanto a los propios productores. Durante cinco años, el régimen comercial especial que mantiene España en materias grasas permanecerá congelado de hecho.

Productos continentales. No cambia nada. Durante cuatro años, España podrá mantener unos seudocontingentes a la importación de algunos productos sensibles.En leche y crema, el contingente inicial es de 200.000 toneladas. En cuanto a la leche en polvo para consumo humano, España sólo logra que se le aplique el mecartismo complementario desde la adhesión, pero no que se convierta en producto sensible.

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