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El cine en la pequeña pantalla

Otra gran comedia italiana

Desde hace algún tiempo, los programadores de cine en televisión se han decidido a introducir en la pequeña pantalla muestras de la gran época de la comedia italiana de los años 50. Han emitido recientemente dos obras maestras de Mario Monicelli -Rufufú y Los compañeros- y una de Luigi Comencini -Todos a casa- Ahora le toca el turno a otro de los cineastas de esta generación, desaparecido prematuramente, Pietro Germi, que llega con uno de sus filmes más conocidos y más divertidos, Divorcio a la italiana.

Habrá en el futuro mucho que decir acerca de estos hombres del cine italiano, injustamente menospreciados por los críticos refinadillos de su tiempo, que les colgaron el sambenito de autores de evasión y se quedaron tan satisfechos de una fechoría intelectual que, con esta disparatada lógica, encumbró a mediocres engolados y tiró por los suelos a maestros de la sencillez, como los citados magos del cine directo, dotados de pasmosa eficacia narrativa y muchísimo más comprometidos que aquellos con las miserias sociales y morales de su tiempo.

Uno de estos singulares cineastas fue Pietro Germi, y baste como muestra de su talento el filme que hoy emite la televisión. Divorcio a la italiana es una película que, con carcajadas de vitriolo, hizo, a través de su juego cínico y jocoso hasta los bordes del esperpento, uno de los alegatos más punzantes que jamás se hayan arrojado contra la hipócrita moral del viejo matrimonio a la italiana y, a la inversa, de su correlativo y expeditivo divorcio: matar a la propia mujer cogida en flagrante adulterio era penado en Italia -y España- con pena de... ¡destierro!

La burla legal era tan sangrante que Germi se sintió autorizado para poner en su filme al menos tanto humor negro corno los autores de aquella ley habían puesto en su inconcebible artículo asesino. Y aunque en 1985 no nos concierna ya el chocante supuesto legal sobre el que se urde el argumento de Divorcio a la italiana, el filme continúa lleno de vigencia, porque siguen vigentes la mentalidad y las situaciones sociales que hicieron posible aquella aberración jurídica. A la vuelta de la esquina de mucho demócrata de urgencia se agazapa un Marcello Mastroianni con los cuernos convertidos en sentencia de ejecución para esposas descarriadas.

Maestro Mastroianni

No hay manera de separar de esta etapa fundamental del cine italiano a los nombres de un puñado de actores -Totó, Vittorio Gassman, Alberto Sordi, Eduardo y Pepino de Filippo, Paolo Stoppa, Marcello Mastroianni, entre muchos otros- que con sus rostros, su gracia y su incomparable oficio, hicieron verosímiles y visualmente posibles los filmes que la llenan. Cumbres de su profesión, estos formidables comediantes -caracterizados todos por su inteligencia e instinto de dominio del exceso tienen pleno derecho al reconocimiento para ellos de una buena ración en la autoría de este festín cinematográfico. En este sentido hay que valorar el hecho de que Marcello Mastroianni sea eje y fuente de la fuerza cínica, de la libertad visual y de la hiriente comicidad de Divorcio a la italiana. Sin él, una buena parte de la virulenta gracia negra del filme hubiera perdido su alto voltaje.Pietro Germi y Marcello Mastroianni compusieron en Divorcio a la italiana un modelo de compenetración entre director y actor. La cámara gravita con soltura alrededor de ciertas peculiaridades inimitables de la manera, indolente y arrítmica, que Mastroianni tiene de actuar, en la que se producen fulminantes mutaciones que transitan desde la pasividad más absoluta a la acción más alocada.

Estas rapidísimas, casi invisibles, transiciones gestuales y temperamentales del actor son capturadas por la cámara de Germi con la agilidad de una mano que interfiere en el vacío el vuelo de una mosca: tal es su precisión. Él resultado de este notable ajuste entre actor y director es una delicia de eficacia fílmica y avalaría por sí solo a esta película, que algunos consideraron en su tiempo menor, pero que sobrevive casi intacta a la muerte de los códigos civiles de que se burla despiadadamente.

Divorcio a la italiana se emite hoy a las 22.10 por TVE-2.

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