John Bonello, portero del equipo de Malta
Un joven de 25 años que ve enemigos por todas partes
Se llama John Bonello y tiene aspecto de buen chaval. Casi seguro que lo es. Tiene 25 años, es soltero, trabaja en una fábrica de productos textiles y le gusta jugar al fútbol de portero. Esta última afición le está haciendo pasar un mal rato. Como es el mejor portero de la isla de Malta, se ha visto, sin querer, convertido en el enemigo público número uno de España. La selección española tiene que hacerle 11 goles como sea. Y él, a su llegada al aeropuerto de Sevilla, lo miraba todo con ojos de susto y no quería ni identificarse. Esta noche, a partir de las 20.30, se desentraña la incógnita.
En el aeropuerto de San Pablo todo el mundo preguntaba por Bonello. "¿Bonello?, ¿Bonello?". Todos los malteses se hacían los suecos. Sin embargo, la Prensa de Madrid traía fotos del muchacho que para defenderse de este sistema de identificación iba de un lado a otro pegado a un compañero que se parece bastante a él.Pero tuvo el fallo de no cambiarse, de chaqueta, una bonita caza dora color gabardina que también llevaba ayer y que le: delataba. "Lei e Bonello?", "Are you Mr. Bonello?". Y él no contestaba. Hasta que Luis Carlos Peris, de Diario 16, le plantó ante la cara las fotos que ayer mostraba. su periódico, tomadas la víspera en Madrid. Entonces se turbó, y a su sosias e inseparable acompañante se le escapó una sonrisa.
Pobre Bonello, descubierto a los cinco minutos justos de su llegada a Sevilla. Sobre él se tejen los más maliciosos propósitos para conseguir mandarle 11 veces al fondo de su puerta a sufrir la humillación de doblar la cintura para recoger una esfera de cuero esquivo. Y él, que ya ha oído de un "plan ultrasecreto", del proyecto de,- llevarle a una capea, traerle a un tablao, intoxicarle dulcemente con fino y hacer sus noche más bellas, pero menos relajantes, con bien escogidas compañías femeninas, tenía miedo. Un miedo que se le escapaba por los ojos.
A pesar de todo, se prestó al diálogo, un diálogo breve, en inglés, pero suficiente, Un diálogo en el que confesó 25 años, otros tantos partidos en la selección de su país y una breve experiencia profesional en un equipo alemán de Segunda División, el Hereford. Ahora juega en el Hibernians, de Malta, y gana poco. No lo bastante para vivir; así que completa sus ingresos como trabajador de una empresa textil. Una, buena empresa textil, a juzgar por la calidad de la chaqueta que lucía, la chaqueta a la que no quiso renunciar a su llegada a Sevilla, y que le denunció.
"No tengo la culpa si España no pasa. No tengo la culpa de que jugáramos contra Holanda en Aquisgrán en lugar de en Malta Eso no fue cosa de los jugadores". El chico pasaba un mal rato pensando en el par de días que le que daban por delante, sometido a no se sabe qué asechanzas destinadas a colocarle en condición de encajar 11 goles. "España es mejor que Holanda, pero creo que van a tener problemas para marcar 11 goles", argumenta tímidamente John Bonello.
John Bonello es, según lo que se ha podido descubrir de él en partidos anteriores, un buen portero No perfectamente formado desde el punto de vista técnico, pero de excelente velocidad de reflejos y notable valentía. Se advierten en él maneras heterodoxas, fruto de una escasa formación básica en sus comienzos. Usa la mano cambiada sin necesidad y no se atreve a salir a cortar centros o, si lo hace, mide en ocasiones mal las distancias.
A veces se mueve demasiado rápido al cambiar de colocación, lo que hace fácil que se le pille a contrapié, y no siempre sabe adivinar por dónde va a ir la jugada. Pero, a pesar de todo, es un buen portero. Demasiado bueno para encajar 11 goles.
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