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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Aspirante a Dostoievski

Los profesionales, de Richard Brooks, es una película romántica sobre unos personajes que se ganan la vida por no parecerlo. Un grupo de hombres ni dentro ni fuera de la ley recibe un encargo aparentemente cabal. Rescatar a la esposa -Claudia Cardinale- de un importante ganadero raptada por un bandido mexicano, -Jack Palance- que se la lleva con él a su país.El grupo de profesionales, con el común denominador de la destreza en el manejo de las armas, trabajadores por cuenta ajena que sienten la incomodidad de un crepúsculo en el que sus habilidades tienen cada día menos reclamo, parte en cumplimiento de una misión. Pero, sus componentes no son como James Bond, una pieza de un mecanismo de relojería sobre cuyo tic tac metafísico el agente 007 jamás se interroga, ni tampoco samurais ligados por lazos de clientela a una sociedad feudal. Son hombres que viven en el desarraigo más absoluto, en la deriva a través de una pradera urbanizada de tractores, y a los que sólo puede justificar la supervivencia de un espacio en el que haya recados sangrientos que transmitir.

Los profesionales invaden México, desencadenan matanzas diversas y regresan con su botín humano para comprobar al término de su correría, con copioso gasto de hemoglobina, que no conocían todos los ángulos del problema.

Ante el desorden que procura el error, tienen que plantearse la cuestión final: ¿han de reconocer que han fracasado para comportarse como auténticos profesionales o su sentido del contrato se agota entregando la joven a su esposo?

Como en la gran mayoría de las películas de Brooks, lo que se plantea es un problema moral, ligado a la inquietante cuestión del qué hacer. Lord Jim, el protagonista de la novela de Conrad, que interpretó Peter O'Toole en la versión cinematográfica de Brooks, sólo descansa cuando sabe que al amanecer va a caer abatido por los rifles de sus fieles malayos. Para él la profesionalidad es la de pagar, después de una aventura de expiación a la que nada mitiga, por un momento en que no fue digno de sí mismo en su juventud; incluso en Sangre sobre la tima, una desgraciada película sobre el Mau-Mau, Rock Hudson, en el papel de joven e idealista colono, se interroga sobre el sentido de la lucha por la independencia keniata, dándose una respuesta burdamente panfletaria. Otra película no menos desafortunada de Brooks, Los hermanos Karamazov, era ya el delirio de la interrogación moral con su célebre conclusión "Si Dios no existe, todo está permitido".

Lo que está y lo que no está permitido es la esencia del cine de Brooks, bueno, malo y regular. Esta compacta incursión del autor en el mundo del western figura, sin embargo, entre sus aportaciones más sólidas al cine americano. Un excelente repar to, en el que Burt Lancaster y Lee Marvin están tan profesionales como corresponde a su papel, y un guión en el que la acción. exterior es la forma de expresar el carácter de los personajes, convierten a Los profesionales en el mejor momento de un director al que, quizá, le habría gustado que le tomaran por Dostoievski.

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