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Satisfacción del PNV y escepticismo de CiU ante la oferta de diálogo de Felipe González

Con satisfacción, pero sin llegar a la euforia, acogieron los partidos nacionalistas de Euskadi la oferta de reanudar el diálogo sobre el desarrollo autonómico expresada por Felipe González en sus primeras manifestaciones públicas tras la divulgación de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la LOAPA. Convergència i Unió, por su parte, se mostró más escéptico, y sólo vio en las palabras del presidente una "declaración de intenciones".

El presidente del PNV, Xabier Arzallus, piensa que es necesario institucionalizar un diálogo permanente entre el Gobierno central y el de Vitoria, y que la experiencia está demostrando que no basta con encuentros ocasionales en momentos de agudización de tensiones: "Estamos en una fase del proceso político en la que la letra de los textos tiene que pasar la prueba de los hechos. Que esa prueba se supere sin fricciones exige un diálogo no ocasional, sino permanente, entre las instituciones centrales y las autonómicas", declaró Arzallus, informa Patxo Unzueta."Ahorraríamos mucho tiempo y muchos problemas", añadió, "si antes de la discusión parlamentaria de los proyectos legislativos gubernamentales se realizasen consultas buscando acuerdos viables sobre los aspectos que, por su eventual incidencia en el ámbito autonómico, pudieran resultar conflictivos".

Por su parte, Roberto Lertxundi, de la Ejecutiva de Euskadiko Ezkerra, considera que la sentencia, y en particular su rechazo del criterio que identificaba "igualdad de derechos y obligaciones" con "uniformidad rigurosa del ordenamiento jurídico", deja sin base a la política autonómica desarrollada por el PSOE en el último período, por lo que se impone "un sustancial cambio de rumbo en este terreno", incluyendo la dimisión de De la Quadra, "porque el jinete debe retirarse cuando se queda sin montura que cabalgar".

Ese cambio de rumbo debería concretarse en un desbloqueo de las transferencias, una negociación previa de las leyes de bases que puedan afectar los techos autonómicos, la retirada de los restos de la LOAPA y el compromiso por parte del Gobierno central de respetar las resoluciones del Parlamento autónomo que sean el resultado de acuerdos entre las fuerzas de Euskadi (como la ley del Euskera).

Para CiU, sólo una declaración de intenciones

Convergéncia i Unió, por su parte, calificó ayer de "declaración de intenciones y no de una apertura de diálogo a fondo", las afirmaciones hechas en Madrid por el presidente del Gobierno, Felipe González, refiriéndose a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la LOAPA y su disposición al diálogo abierto con los grupos parlamentarios representados en las Cortes.Un portavoz de Convergència manifestó a EL PAIS que Felipe González no ha respondido formalmente a la petición del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de que se convoque una mesa con participación de todos los partidos y autonomías. "No hay negociación desde el momento que no se ha fijado el día y la hora", añadió.

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Felipe González, al asumir en su primer comentario público sobre la sentencia de la LOAPA la decisión del Tribunal Supremo, dejó en claro que el Gobierno central no renuncia a la responsabilidad que le toca por el cumplimiento exacto de lo dictaminado por el citado Tribunal, y que ello entraña el negociar con las autonomías el desarrollo de la ley de bases sobre transferencias de competencias que prevé el artículo 149 de la Constitución.

Felipe González no anunció formalmente la apertura de negociaciones individuales o colectivas con ningún Gobierno autónomo y tan sólo pidió que en el futuro cada uno acepte las responsabilidades que les competen.

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