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En Carabanchel funciona el primer horno español de cremación de restos humanos

En el cementerio de Carabanchel funciona desde el 10 de enero un horno crematorio destinado a la incineración de los restos de aquellos cuerpos que no han sido reclamados por nadie y que fueron enterrados en sepulturas temporales. Desde su entrada en funcionamiento hasta ahora se han quemado los restos de 5.000 cadáveres, de un total de 11.900 sepulturas temporales realizadas en 1972. Es la primera vez que en España se utiliza un horno para la cremación de restos. La instalación de Carabanchel servirá como prototipo experimenta¡, se gún informó José Alfredo de Juan, delegado de Sanidad y Asistencia Social del Ayuntamiento de Madrid.

Al problema actual de falta de espacio en que se encuentran los cementerios municipales se suma cada año el de los restos humanos no reclamados por nadie, que tras diez años de sepultura temporal deben ser trasladados a los sepulcros comunes (osarios). Con la incineración se consigue una notable reducción 'del terreno utilizado para estos enterramientos. Los restos calcinados reducen su volumen al 0,8%. "De no haberse puesto en práctica la incineración, el osario de Carabanchel, cuya instalación costó 34 millones de pesetas, no hubiera durado ni diez años", manifestó José Alfredo de Juan. "Ahora servirá para más de trescientos años".Alrededor del 20% de los cadáveres exhumados este año han sido reclamados por los familiares, que habitualmente óptan por enterrar los restos a perpetuidad en un columbario. Los restos de 11.900 cadáveres enterrados en 1972 y no reclamados por nadie, son incinerados y sus cenizas enterradas después en el osario. La exhumación general se interrumpirá el día 30 de junio, puesto que en verano no se pueden realizar estas enterramientos.

Imitación de un horno norteamericano

El horno permanecerá abierto durante los meses de julio, agosto y septiembre para garantizar su mantenimiento, e incinerar los restos patológicos procedentes de los hospitales, que antes eran enterrados y que ahora son quemados.El horno crematorio del cementerio de Carabanchel fue construido en 1976, y es una imitación de un horno de calcinación de restos patológicos de un hospital norteamericano. Nuca se había puesto en funcionamiento, puesto que las primeras. pruebas realizadas con animales no dieron resultados favorables. El ayuntamiento, sin embargo, decidió retomar el prototipo creado entonces y ponerlo en servicio.

Con este procedimiento, según informó el delegado de Sanidad, se ha mecanizado la exhumación. Los ataúdes son llevados en cintas mecánicas hasta un contenedor, que después es transportado en un camión hasta el horno. El contenedor es un armario métalico de cuatro metros de ancho por cuatro de largo y dos de alto, con capacidad para cuarenta ataúdes. Así se consigue evitar "el aspecto más macabro de las exhumaciones y su tratamiento posterior; ahora los operarios apenas si tienen contacto con los cadáveres"

La incineración de cadáveres, inmediatamente después del fallecimiento, apenas es utilizada por los madrileños, pese a ser el medio de inhumación más económico. En un año, de un total de más de 24.000 fallecidos en Madrid, sólo 153 fueron incinerados. En el 95% de los casos, se trata de extranjeros.

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