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Afectados por el síndrome torneo exigen un centro de recuperación

Los afectados por el síndrome tóxico de Fuenlabrada han iniciado un encierro indefinido para exigir tan sólo "un papel con membrete oficial". La mayoría de los 450 o 500 afectados por el síndrome, de los que 250 son niños, se han concentrado en un ambulatorio como último recurso. "Entramos y salimos -dice María del Pilar García, que actúa como portavoz- porque muchos de nuestros familiares están en la cama y necesitan atenciones, pero seguiremos así hasta que venga la Administración y nos dé garantías por escrito de que contaremos con un centro de rehabilitación."

Los afectados se han cansado de esperar que Sanidad acepte un local ofrecido por el Ayuntarniento de Fuenlabrada e instale en él un servicio rehabilitación. "Para nosotros lo importante no es el dinero, aunque la gente crea lo contario: Lo que queremos es curarnos -dice Julio Sánchez- y lo único que nos alivia es el ejercicio controlado por un fisioterapeuta. "Ayer tarde los afectados de Fuenlabrada conseguían, al fin, un "papel oficial" de Sanidad. Pero el papel, una copia sin membrete ni sellos, sólo decía que "para la aceptación de los locales ofrecidos por el Ayuntamiento, faltan determinados requisitos". Al fin se conocieron estos requisitos, que eran uno solo: Sanidad quería saber si el Ayuntamiento ofrecía estos locales "para un mes o indefinidamente", según María del Pilar García. "Como si nosotros pudiésemos saber cuándo nos vamos a curar", añade otro afectado. Sanidad dice al menos que el centro podría entrar en funcionamiento en la primera quincena de julio, pero añade que, de producirse algún contratiempo, se lo comunicaría oportunamente a los afectados. Esta reserva ha alarmado a estos pacientes que cada dos días han de trasladarse a la residencia sanitaria Primero de Octubre para someterse a los análisis de rigor y que, en esto coinciden todos, ya están hartos de palabras.

La tensión se toma en los lavabos

Mientras se habilita un local para instalar en él los más imprescindibles servicios de recuperación, el ambulatorio donde se han concentrado los pacientes ofrece pocas condiciones. La clínica cuenta con dos ATS, dos fisioterapeutas y cinco médicos de diversas especialidades. Pero todos ellos no están exclusivamente al servicio de los afectados sino de los 78.096 habitantes de Fuenlabrada, para los que sólo hay dos ambulatorios. Y eso que este pueblo crece a un ritmo desmesurado. En 1970 sólo contaba con 7.369 habitantes.

Los médicos toman la tensión en los lavabos o en la habitación que ocupa la asistente social. Tres médicos auscultan a sus pacientes, alternativamente, en el descansillo que se ha habilitado para "zona de recuperación". Al no tener puerta, los niños de la sala de espera contigua entran y salen al lugar en que los afectados adultos realizan ejercicios. Desde el pasado noviembre pasan unos veinticinco afectados cada día por este servicio, montado rudimentariamente con tres camillas y unas paralelas. Muchos de los pacientes no tienen acceso al tratamiento, porque dos fisioterapéutas no bastan. Margarita Galán Castellanos, una de los dos ATS, añade que hay momentos en los que el médico ha de montar su consulta en cualquier rincón de la casa, o salir del despacho de la asistente social, un cuarto de 16 metros cuadrados, para que entre otro médico que va a auscultar.

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