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Pilar Miró termina el rodaje de su última película, titulada 'Hablamos esta noche'

La directora de cine Pilar Miró terminó ya el rodaje de su cuarto largometraje, Hablamos esta noche, que con un presupuesto de cuarenta millones de pesetas ha realizado desde el 18 de enero, en exteriores de Cantabria y Asturias y en interiores de Madrid, aunque no ha podido poner las cámaras en una central nuclear, como estaba previsto en el guión, por expresa prohibición de las empresas del sector eléctrico que tienen centrales nucleares. La película se estrenará en el mes de septiembre.

La nueva película de Pilar Miró, madrileña, de 41 años, que cuenta en su filmografía La petición (1976), El crimen de Cuenca (1979), estrenada tras dos años de prohibición, y Gary Cooper que estás en los cielos (1980), está interpretada por Víctor Valverde, Daniel Dicenta, Mercedes Sampietro y Amparo Muñoz, con guión propio en colaboración con Antonio Larreta. La temporada pasada montó la obra teatral Los hijos de un dios menor, de Mark Medoff, es realizadora de programas dramáticos y especiales de televisión y en la presente temporada de la Opera de Madrid llevará por primera vez la dirección escénica de una ópera, Carmen, de Bizet.En lugar del título Hablamos esta noche, que hace referencia en lenguaje coloquial a un impreciso diálogo, Pilar Miró hubiera preferido el de Residuos, en el doble sentido de una catástrofe nuclear y lo que queda de las personas después del enfrentamiento y la amargura. Este último aspecto domina el argumento de la película que, según su directora, es similar al tema que planteaba en Gary Cooper que estás en los cielos.

"Si en Gary Cooper que estás en los cielos", dice Pilar Miró, "el tema estaba planteado desde el punto de vista de la mujer, en Hablamos esta noche sentía la necesidad de hacer una reflexión sobre un hombre de cuarenta o 45 años en una situación determinada y la visión que da de los problemas de la mujer, desde unas circunstancias masculinas. Este personaje, un ingeniero nuclear, vive la ruptura con su pareja y la aparición de una nueva mujer, junto con un conflicto profesional y ético. Es el responsable de una central nuclear que tiene que entrar en funcionamiento en una fecha fija, pero un viejo amigo suyo, también ingeniero, le advierte del descubrimiento de un posible fallo en la central. A partir de este momento, se convierte en un personaje absolutamente contradictorio, que dice una cosa y hace otra, que da la imagen de liberal y es un gran conservador".

De acuerdo con el marco profesional del protagonista, Pilar Miró intentó rodar las secuencias de una inventada central nuclear Almonacid en una de las centrales nucleares españolas en funcionamiento o de próxima inauguración, como pueden ser Ascó, Vandellós o Almaraz. "No me han autorizado a rodar en ninguna de ellas, ni siquiera en centrales hidroeléctricas o térmicas", dice la realizadora. "En todas las gestiones que he hecho con las empresas se han negado a mantener una conversación conmigo. Ya que la película trata de un ingeniero mi interés era rodar esas secuencias en un control o cerca de un reactor, en una central auténtica, pero ellos no lo han entendido así y no han querido hablar del tema. Esto me parece un error y una provocación".

Pilar Miró afirma que "no es una película en contra de las centrales nucleares, se expresa unas opiniones pero tiene un final abierto, en el sentido de que las centrales nucleares dependen del cómo, del dónde y del cuándo". "La película es, sobre todo, el análisis del comportamiento de un hombre ante una decisión conflictiva, de coherencia personal, en una generación determinada, que no tiene una estricta referencia a este país. Me interesa hacer un tipo de cine como si fuera una crónica del mundo que me rodea, con mi propia opinión, ya que una película nunca es objetiva".

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