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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Efecto de cartas al director

Hace unas semanas, dos amigos músicos dirigieron una carta a EL PAIS denunciando el impago, después de varios meses e infinitas gestíones, de un concierto que habían realizado creo que en Castellón de la Plana.Al comentario con uno de ellos poco tiempo después, me dijo: "¡Fulminante, chico! Unos días después de publicarse la carta nos pagaron el dichoso concierto". Ello me ha dado que pensar bastante. Mi conclusión es la siguiente: además de dar el concierto, firmar los papelajos que le pongan a uno delante, adjuntar fotocopia del DNI, licencia fiscal, etcétera (incluida la póliza redonda desde que Forges la inventara), hay organismos que exigen una carta a EL PAIS. Pues bien, aquí está la mía.

El 10 de julio de 1981 organicé y dirigí un concierto: Música en el teatro de Calderón, en la Biblioteca Nacional. Hasta la fecha no he recibido sino parabienes y buenas palabras. La Administración es algo tan laberíntico, que llega un momento en el que uno ya no sabe a quién dirigirse. "Los trámites", me dicen, "están hechos. Sólo cabe esperar". Lo malo es que otro de los requisitos que me pidieron en este caso, y que es habitual en organismos oficiales, fue la firma de un recibo, a todas luces falso, sin el cual, por lo visto, es imposible tramitar el asunto en Hacienda.

Todavía queda un corolario final. ¿Me admitirán los inspectores de Hacienda un cheque sin fondos o una letra a dos años para pagar el impuesto sobre la renta? /

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