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Reportaje:

El "rock" se pone de moda en la URSS

A comienzos de los años setenta, cuando esos cuatro chicos peludos de Liverpool llamados Beatles tenían miles de admiradores e imitadores por todo el mundo, un grupo de jóvenes moscovitas decidieron dedicarse a la música y ser algo así como los escarabajos soviéticos. Eran chavales de entre diecisiete y dieciocho años, con escasa o ninguna preparación musical, pero tesón no les faltaba, y pronto destacaron entre los otros grupos de aficionados del país. Llegaron a ser los líderes del rock moscovita, y como a tales se les recibía en los festivales regionales de música rock.El alma del éxito de Máquina del Tiempo era Andrei Makarévich, autor de las letras y las músicas de las canciones y portador de un carisma que los otros miembros no supieron. aprovechar, o quizá aprovecharon demasiado. El caso es que la leyenda del grupo no bastaba para que las actuaciones cara al público resultaran bien sin que los músicos se hubiesen preparado antes. La profesionalidad tenía sus exigencias y algunos de los integrantes de Máquina del Tiempo no podían pasar del amateurismo. Así llegó la disolución del grupo, en otoño de 1979.

Pero el líder de Máquina del Tiempo, Andrei Makarévich, no se dio por vencido, y, haciendo gala del nombre del grupo, hizo posible su reencarnación.

En su nueva etapa, el grupo rockero moscovita se preocupa más del contenido que de los alardes musicales de las canciones, y sus letras abordan problemas sociales y temas que interesan a los jóvenes. Lo que no ha cambiado es su éxito. Siguen atrayendo al público igual o más que antes. Sus giras por el interior del país transcurren invariablemente ante salas repletas: de 5.000 a 12.000 espectadores, han ganado el Festival Nacional de Música Popular de la URSS y sus canciones son conocidísimas. Sin embargo, aún no han grabado un disco ni han actuado en la televisión.

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