Los socialistas presentan una moción de censura a Suárez y proponen a Felipe González para presidente
El Grupo parlamentario Socialista presentó ayer en el Pleno del Congreso una moción de censura al Gobierno que no podrá ser votada antes del próximo martes, cuya aprobación produciría la caída del Gabinete y el nombramiento automático de Felipe González como nuevo presidente del Gobierno. Adolfo Suárez aseguró que le parecía bien la presentación del voto de censura, por tratarse de un mecanismo previsto en la Constitución, si bien atacó al PSOE por «haber demostrado que carece de alternativa». Es muy improbable, por no decir imposible, que el PSOE pueda vencer en la votación de su moción de censura.
Horas después, Suárez y González protagonizaron un turno de réplicas y contrarréplicas a propósito de las negociaciones del Gobierno con ETA, que Suárez negó, mientras Felipe González aseguró que se habían producido contactos, y que la negociación se frustró porque ETA exigía publicidad y el Gobierno sólo estaba dispuesto a darla cuando hubiera resultados.El propio Felipe González anunció a la Cámara la presentación de la moción de censura durante el discurso que abrió la sesión plenaria de ayer. La decisión socialista había sido adoptada en la noche del martes, después de la primera sesión del debate parlamentario, tras una reunión del Grupo Socialista en la que se barajó, entre otras posibilidades, la moción de censura. Fue más tarde, en una reunión restringida, donde se decidió la moción.
Paralelamente al debate de ayer, líderes políticos y otros diputados expresaron sus primeras impresiones respecto al voto de censura. Santiago Carrillo, secretario general del PCE, fue el único que se pronunció a favor de apoyar dicha moción. Los demás portavoces no adelantaron opiniones definitivas, si bien Miguel Roca, de la Minoría Catalana, anunció su probable abstención
El presidente Suárez se mostró muy tranquilo respecto al voto de censura, asegurando que no le alteraba «en lo más mínimo» y que «UCD está preparada para todo». Estas manifestaciones a la Prensa se hicieron aproximadamente a la misma hora en que la oficina de prensa del Gobierno vasco manifestaba en Bilbao que la presidencia de dicho organismo mostraba su preocupación por el procedimiento previsto para la delimitación de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas, mencionado en el discurso del martes del presidente del Gobierno, pero no anticipaba la postura del PNV en torno al voto de censura. EL PAÍS pudo saber, oficiosamente, que este partido no tiene pensado volver al Parlamento de Madrid -del que se encuentra ausente desde hace varios meses-, pero que la dirección del PNV analizará con toda seriedad la forma en que se plantea el voto de censura, para proceder al respecto.
El interés por conocer la postura del PNV viene de que el PSOE tiene que sumar fuerzas muy heterogéneas para que pueda prosperar su voto de censura -se necesita un mínimo de 176 diputados para que sea aprobado, y los socialistas tienen 121-, mientras que UCD tampoco dispone de la mayoría absoluta de la Cámara, por lo que necesita no sólo la fidelidad de sus 166 diputados, sino el apoyo expreso de otros nueve más.
A este respecto, los centristas Pío Cabanillas, Rodolfo Martín Villa y Francisco Fernández Ordóñez, junto con otros diputados de UCD, celebraron anoche una breve reunión. Al término de la misma, Martín Villa declaró que su actitud no era otra que «apoyar a mi partido», y Cabanillas afirmó que no ve posibilidad alguna de escisión en UCD. Por su parte, Antonio Fontán -del sector liberal del partido centrista- declaró que votaría contra la moción.
La cuestión de la seguridad y del terrorismo se convirtió en uno de los más agrios temas de controversia. Avanzada la noche, el diputado canario Fernando Sagaseta tuvo una dura intervención, en la que acusó a la Legión de haber realizado «crímenes en Canarias». El vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado, en tono visiblemente crispado, intervino para decir: «¿Se ha dicho aquí, que la Legión ha cometido crímenes? Yo pido que se traiga una ley que haga imposible decir tales cosas a un diputado, por muy diputado que sea». Sagaseta replicó que no es que lo hubiese dicho, sino que era cierto y se había publicado. Gutiérrez Mellado tomó de nuevo el micrófono y afirmó: «Cuando se cometen crímenes se castigan, y están castigados».
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