El caso Maradona
Los que son aficionados al fútbol y los que no lo son; es decir, todos los habitantes de Cataluña, con excepción, quizá, de los niños en periodo de lactancia, comentan el traspaso del siglo -acaso sería mejor decir el traspaso de la historia-, por el cual ese legendario jugador argentino que se llama Maradona pasaría a engrosar las filas del Barcelona. El costo de la operación asciende, como ya saben nuestros lectores, a 560 millones de pesetas. Jamás ningún equipo de ningún país se ha atrevido a tanto. Jamás tampoco, que nosotros sepamos, ningún sabio, hombre de ciencia, artista percibió tanto por su trabajo, Nobel incluido.Tal vez se entendiera mejor la cuestión si se tuviera la franqueza de declarar que no estamos hablando de un deporte, sino de un espectáculo que se procura dotar de «estrellas» refuigentes para que acuda más público a ver las exhibiciones. En cualquier caso, nos parece impropio de un país con un mínimo de serenidad que un club, por muy glorioso que sea, se embarque en inversión tan enorme con tanto más motivo cuanto ese mismo país lo está pasando económicamente muy mal y tiene desatendidas funciones de mayor fuste y consideración. El «panem» empieza a ser problemático para muchos y se nos antoja excesivo que el «circense» se adueñe del monopolio de la droga.
7 de mayo
