A los cincuenta años, Stirling Moss vuelve a las carreras de coches
El veterano piloto británico Stirling Moss, retirado hace ya cerca de veinte años, volverá a tomar parte activa en competiciones. Una firmajaponesa de aparatos de radio, televisión y alta fidelidad ha ofrecido al señor Moss un contrato para que dispute toda la temporada británica de turismo. Los cincuenta años de edad del piloto no parecen haber sido obstáculo ni para él ni para los japoneses.
El campeón sin corona -como se le conoció en su época a Stirling Moss, por no haber conquistado ningún título mundial, pese a su brillantísima carrera y a una clase que nadie jamás puso en dudadebutó en la fórmula 1 casi en los albores de esta competición tal como se conoce hoy día. Fue en 1951, en el Gran Premio de Suiza, retirándose diez años más tarde, después de disputar el de Estados Unidos.En esos diez años de actividad al máximo nivel -que Stirling Moss compartió con otras actividades, siempre dentro del automovilismo, con importantísimos éxitos-, el gran piloto británico disputó 66 carreras, de las que en dieciséis de ellas logró partir desde el primer lugar de la parrilla y luego obtener la victoria.
Para su desgracia, Stirling Moss casi nunca tuvo la oportunidad de sentarse al volante de coches realmente competitivos, por lo que él tenía que compensar la desventaja de sus monturas. Fue esa la década que vio el apogeo de Ascari -con dos títulos mundiales-, de Jack Graham -con otros dos, más otro que logró años después-, y, sobre todo, del argentino Juan Manuel Fangio, cinqo veces campeón del mundo. Ellos impidieron que jamás titulo mundial alguno llegase a coronar a un piloto de la talla del británico Stirling Moss.
Ahora, casi veinte años después de su retirada, Moss va a volver a correr gracias al apoyo financiero de una empresa japonesa. Antes de comprometerse, el británico se fue a Nueva Zelanda, lejos de la prensa especializada y de las miradas de tantos aficionados que conocen a la perfección su figura, para tratar de probar sus auténticas posibilidades. Después de una serie de ensayos, que sirvieron para satisfacer las esperanzas puestas en el británico por los japoneses, llegó el acuerdo definitivo.
Stirling Moss correrá esta temporada con el Audi 80 GLE, con otro veterano conocido, Vic Elford, como director del equipo. Una especie de revival de grandes famosos de la competición del motor de hace años, patrocinada por el dinero nipón. En esta ocasión, y en contra del escándalo surgido en Gran Bretaña hace sólo unos días, cuando se conoció que Mark Thatcher, el hijo de la primera ministra británica, tomaría parte en la competición anunciando una firma textil japonesa, nadie parece haberse escandalizado. La diferencia, al margen de la cuna, puede ser el hecho de que Stirling Moss es una figura de talla reconocida universalmente -y, por supuesto, en Gran Bretaña-, por lo que, aunque anuncie un producto japonés, será bien recibido. El hijo de Margaret Thatcher, un perfecto desconocido en el mundo de la competición, huérfano de recursos técnicos, sólo cuenta con su apellido y el posible escándalo para lograr sus fines.
Su impresionante calva, sus larguisimas patillas, su aspecto desgarbado, sus ropas raídas y ese extraño andar, secuela del gravísimo accidente que casi le costó la vida y que acabó apartándole temporalmente de las carreras, seguirán paseándose por los circuitos. Pero ahora otra vez como piloto, y no como espectador o eventual crítico de televisión, como venía haciéndolo últimamente.
El día 21 del próximo mes de marzo, en el circuito británico de Mallory Park, el tiempo dará un espectacular salto atrás de veinte años. Stirling Moss, uno de los grandes pilotos de coches de carreras de todos los tiempos, estará de nuevo en la pista.
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