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"La clave", los transportes y película de Howard Hawks

Coloquio en diferido sobre los transportes, moderado por José Luis Balbín. Intervienen: Salvador Sánchez Terán, ministro de Transportes y Comunicaciones; Ignacio Bayón, presidente del consejo de administración de Renfe; Julio Pinto Silva, presidente de la Asociación de Usuarios del Transporte; Fernando Casas, director general de la Asociación Nacional de Navieros, y Francisco Esteban, representante del Sindicato Unitario del Transporte. Se emite previamente el largometraje Sólo los ángeles tienen alas, de Howard Hawks.Entre 1925 y 1970, Howard Hawks dirige 45 películas, que le convierten en uno de los realizadores más característicos del cine norteamericano. La totalidad de los característicos géneros del cine norteamericano está presente en su obra, por lo que constituye uno de los mejores y más claros exponentes de lo que es el mejor cine de Estados Unidos durante los años treinta, cuarenta, cincuenta y sesenta. Entre su amplia producción destacan sus cinco películas de aviación, la mejor de las cuales y la más personal es Sólo los ángeles tienen alas (1939), interpretada por Cary Grant, Jean Arthur, Richard Bathelmess y Rita Hayworth.

Por problemas económicos familiares, Howard Hawks (1896-1977) no puede estudiar ingeniería, como tiene planeado. Debe ponerse a trabajar como corredor de automóviles. Al entrar Estados Unidos en la primera guerra mundial, Hawks se alista como aviador. Entre 1917 y 1919 combate en Europa. Al finalizar la contienda ingresa como piloto en una compañía comercial y gana una marca de velocidad en línea recta. De aquí nace su interés por la aventura y concretamente por la aviación.

Durante unas vacaciones que pasa en 1922 en Hollywood, trabaja como ascensorista en Paramount. Interesado por el mundo del cine, entra a formar parte de Metro-Goldwyn- Mayer, como ayudante de montaje. Un año después es ayudante de dirección y produce algunos documentales y cortometrajes independientes. Más tarde comienza a escribir argumentos y guiones y no, tarda en convertirse en jefe del departamento literario de Paramount. De una conversación mantenida en 1925 con William Fox, para venderle un argumento, sale un contrato en exclusiva de cuatro años para dirigir, que marca el principio de su carrera. Desde entonces hasta los 75 años, en que las compañías de seguros no aceptan cubrirle y tiene que dejar de trabajar, ha escrito argumentos, colaborando en la mayoría de sus guiones, aunque los ha firmado muy pocas veces, ha producido muchas de sus películas y alguna ajena.

«Me gusta mucho Sólo los ángeles tienen alas», dice Hawks. «Nació de una forma curiosa. Estaba en México y me encontré con un piloto que celebraba su aniversario de boda con una mujer muy guapa. Ella me contó que formaba parte de un grupo de bailarinas que se había detenido en un puerto. Allí había encontrado a su actual marido y había decidido quedarse y casarse con él. Después de oír esta historia tan divertida, empecé a emborronar algunas hojas tratando de contarla junto a una piscina, en Hollywood. Aquella tarde tenía una cita en Columbia con Frank Capra. A mitad de camino, el productor Harry Cohn me detuvo y me preguntó si tenía una historia para Cary Grant. Le respondí que leyera las hojas que todavía llevaba en el bolsillo mientras hablaba con Capra. Inmediatamente después de la conversación me preguntó cuándo podía rodarla. Le dije que haría falta tiempo para escribir el guión. Me respondió que debía estar acabado dos semanas después, porque era cuando Grant tenía que trabajar para él.

Sólo los ángeles tienen alas es una de las películas más características de la obra de Hawks. Una sencilla historia de amor y amistad en el marco de una compañía comercial de aviación en un país latinoamericano sirve para dar su tradicional visión del mundo. Unos hombres en peligro consiguen superarlo gracias a su esfuerzo y habilidad, mientras queda clara su concepción de la amistad por encima de cualquier otra cualidad y de la mujer como elemento perturbador dentro de un universo eminentemente masculino. Al tiempo que contiene una perfecta construcción dramática y una de las más tradicionales y perfectas realizaciones del clasicismo norteamericano.

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