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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Por dónde va Ramón Chao

Demasiado en una Semana: primero el artículo del doctor Botella -va contestado en esta sección- y ahora el del señor Chao, que habla del feminismo con aires de conocedor y nos hace saber nada menos que «por dónde van las mujeres». Pero, qué mujeres?, me pregunto. Los libros que cita como ejemplo de esta situación pueden ser una muestra de una determinada situación en un determinado país, pero en absoluto puede aplicarse al movimiento feminista en su conjunto. Esto es un simplismo que dice bien poco a favor del rigor de quien lo escribe.Es también sorprendente la seguridad con que el articulista afirma que el feminismo parece que «no suscita más que desprecio o sospechas( ... ) y, tanto en los hombres como en las mujeres, una antipatía visceral». Tales afirmaciones son lo suficientemente graves para que deban ser probadas; de lo contrario, caen en el terreno de la injuria.

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Por dónde va Ramón Chao

La perspectiva con que el articulista escribe es muy alejada de la nuestra y las militantes feministas socialistas no nos reconocemos en éstas que describe. ¿Podríamos las feministas españolas bajar la guardia por considerar que ya hemos ganado bastantes batallas? Muchas tenemos aún pendientes, en el campo laboral, legislativo, sexual, de la educación... ¿Cómo podría mos abandonar la lucha cuando subsiste en el país la discriminación en razón del sexo en todos los terrenos? Y, por supuesto, nuestra lucha no es contra los hombres -como parece que se desprende del artículo-, sino contra el sistema que ha engendrado la contra dicción hombre-mujer, que hace que los hombres sean a la vez víctimas Y verdueos del machismo y las mujeres las eternas marginadas de un mundo masculino que nos ha sido impuesto.

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Pensamos que la batalla por la liberación no ha hecho más que empezar y, que los cambios habidos en las costumbres en estos últimos años -que son presentados interesadamente como liberalizadores- son los que el sistema puede asumir y que no afectan para nada a su esencia. Desde luego, el movimiento feminista puede estar en un período regresivo, como lo están tantos y tantos movimientos socialistas que en la actualidad sufren crisis de diversa índole. Está claro que, en el mundo occidental, se está operando un giro a la derecha (véanse los resultados de las más recientes elecciones) y los revolucionarios (y yo creo que el feminismo es revolucionario) pasarán malos momentos, que la ofensiva de la derecha es cada vez más fuerte y la lucha se hará más difícil. En este sentido, estoy de acuerdo con el articulista en que la publicidad que se da ahora a las defecciones de algunas notables feministas es interesada y hay que desconfiar de ella tanto como de la que en su día se concedió a las tesis de los «nuevos filósofos» franceses. Y este interés por enterrar el movimiento feminista da fe de su fuerza revolucionaria, de su poder liberador para hombres y mujeres y de lo peligroso que resulta para el «establishement».

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