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Higueras, un clavo ardiendo

José Higueras, el tenista incómodo por excelencia, que a ningún rival le puede gustar, ganó el domingo, por vez primera en su historial, el Grand Prix de Madrid. El granadino, pese a disputar cuatro partidos maratonianos con el neozelandés Lewis, el chileno Gildemeister, el italian o Barazzutti -otro «frontón» por el estilo- y el checoslovaco Smid, resistió magníficamente. A Smid lo agotó tras más de dos horas de juego.Ahora, con posibilidades aún de jugar el Masters, Higueras participa en el Trofeo Conde de Godó, que se disputa esta semana en Barcelona, con Nastase como única figura de relumbrón. Ausente Orantes, que se ha vuelto a resentir de su lesión ,de menisco, Higueras toma el relevo de las únicas posibilidades del tenis español. Aunque la brillantez del granadino sea escasa y los espectadores de sus partidos tengan que armarse de paciencia, al tenis español no le queda otro remedio que agarrarse a él como un clavo ardiendo. Los Muñoz, Soler y compañía están demasiado atrás. La lejana Copa Davis también puede atestiguarlo.

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