_
_
_
_
_

La ONU prevé descensos generalizados de la tasa de crecimiento en los ochenta

Un estudio realizado por la CEE-ONU (Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa) concluye que en el período que mediará entre 1979 y 1990 se producirá una disminución en las tasas de crecimiento global tanto en los países de economía de mercado como en los de economía planificada.

La CEE-ONU, que agrupa a todos los Estados de Europa occidental y oriental, incluida la Unión Soviética, Estados Unidos y Canadá, señala como principales factores de esta disminución «probable» en el conjunto de esos países el aumento de las necesidades de capital para inversiones, en relación a la producción general (sobre todo en sectores de rentabilidad más débil), y la escasez y encarecimiento de la energía y productos básicos.El informe, que estudia la «perspectiva económica general para la región de la CEE-ONU hasta 1990», constata que la estructura del comercio mundial ha registrado modificaciones que califica de «rápidas e importantes».

El cuadro comparativo revela que en 1960 las importaciones totales de los «nueve» de la Comunidad Económica Europea (CEE), alcanzaron los 15.000 millones de dólares, cifra que equivalió al 35% del comercio mundial de ese año. En 1970, las importaciones de la CEE ascendieron a 56.000 millones de dólares (50 % del comercio mundial), y a 169.000 millones de dólares en 1976, equivalentes al 52% del comercio mundial.

Por otra parte, el estudio constata que después de haberse quintuplicado los precios de la energía en el período 1973-1974, las balanzas comerciales de los países industrializados, en relación a las del resto del mundo, sufrieron un déficit considerable y creciente en el sector de los combustibles, 28.000 millones de dólares, Estados Unidos; 24.000 millones, Japón, y 47.000 millones de dólares el conjunto de los países de la CEE, durante 1976.

Sin embargo, en el sector de productos manufacturados, según la misma fuente, las balanzas de pagos de los países industrializados han experimentado fuertes excedentes (y de manera creciente), lo que ha provocado que ciertos productos exportados por los países en desarrollo no hayan podido penetrar en los mercados de los países industrializados, especialmente del sector acero, textiles, y otros.

Finalmente, el estudio de perspectivas para los años ochenta de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa concluye que en el plano comercial esta evolución «prefigura una era nueva de interdependencia mutua que hace necesaria la adaptación recíproca de las estructuras industriales, y una cada vez más creciente cooperación económica internacional y regional».

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_