Washington desmiente haber vetado al PCE

La embajada norteamericana en Madrid desmintió ayer, mediante una nota de prensa, la información aparecida en un diario madrileño según la cual el Gobierno de Estados Unidos habría expresado, por conducto diplomático, sus reservas a la creciente influencia del Partido Comunista de España en la vida política española. «Ningún mensaje de este tipo ha sido transmitido», señala la nota. «La embajada desea informar -prosigue- que la pretendida reunión de embajadores norteamericanos de Europa occidental celebrada en Londres, en noviembre de 1977, no existió.»

El comunicado alude a que la última vez que se celebró una reunión como la que refiere el diario -según el cual se habría tratado de adoptar una decisión sobre el tema eurocomunista- tuvo lugar en noviembre de 1976, dos meses antes de que el presidente Carter asumiera el poder.Por su parte, la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores manifestó que ninguna de las advertencias referidas se ha formulado por cauce diplomático alguno. «No ha habido la menor comunicación en este sentido», señaló la fuente consultada, para quien la información publicada resultó un «poco disparatada».

La comunicación desmentida se habría realizado a propósito de la declaración política de la Administración Carter sobre la eventual presencia de los comunistas en el Gobierno italiano, supuesto que Estados Unidos rechazaba al tiempo que lamentaba la influencia creciente de los partidos comunistas en las esferas del poder de Europa occidental. En la declaración -mencionada, el Gobierno norteamericano formulaba su deseo de ver reducida la influencia comunista en el área.

Una fuente oficiosa del PCE señaló que en raras ocasiones tal tipo de comunicación intergubernamental se confirma, aunque, según sus estimaciones, el aviso norteamericano al Gobierno español, ahora desmentido, no resultaría incongruente con la declaración de la Administración Carter.

Por otra parte, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, ha intervenido en la polémica abierta por el libro de Semprún «Autobiografía de Federico Sánchez» (en un artículo publicado en Mundo Obrero), en el sentido de considerarla un ingrediente de la campaña contra el eurocomunismo

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