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Sin perspectivas de solución en el conflicto del transporte de Lugo

Despues de diez días de huelga, no se vislumbra una fácil salida al conflicto del transporte en la provincia de Lugo. Las posturas de los empresarios y de los trabajadores parados distan mucho de acercarse y todo hace pensar en que el movimiento huelguístico va a continuar en los próximos días.

El Sindicato Obreiro Galego, central que está dirigiendo el conflicto, piensa ya en extender la huelga hasta el mes de octubre, a pesar de que un ostensible sector de los trabajadores empieza a no estar de acuerdo con la política de ampliar el conflicto.Las dificultades derivadas de la falta de abastecimiento de mercancias siguen registrándose, aunque no llegó a producirse el colapso que se preveía la semana pasada. CAMPSA pudo suministrar gasolina y gasoil contando en muchos casos con la protección de la Guardia Civil, y el sector de la construcción también consiguió el abastecimiento rnínimo para no parar las obras. Cada vez es mayor el número de pequeños transportes que se realizan por empresarios que conducen ellos mismos sus camiones. Se ha podido igualmente garantizar el suministro de gas butano.

No obstante, la capital sigue sin servicio de autobuses y no circula ninguna de las líneas regulares de viajeros por la provincia. Se da el caso de que el servicio establecido por la empresa asturiana Alsa, entre la frontera de Irún y la de Tuy se ve obligado a no hacer paradas intermedias en toda la provincia de Lugo. Se nota, eso sí, una creciente actividad de los servicios discrecionales, que practican pequeños empresarios que manejan sus propios autobuses. De todos modos, las dificultades de desplazamiento son enormes. La estación central de ferrocarril en la provincia se ve rebasada en sus medios humanos para despachar billetes (más de 1.500 en un solo día) y nunca fue tan frecuente la preseccia de autoestopistas en las carreteras lucenses. «Usted puede encontrarse haciendo dedo -declaró a EL PAIS un automovilista- desde un padre de familia con sus hijos, hasta un emigrante que acaba de llegar de vacaciones a la estación y que se dirige a su pueblo.»

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