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Enrique Kaibel: nuestro nivel tecnológico es de los más bajos de la OCDE

Una vez superado el «milagro español», que supuso el desarrollo industrial de nuestro país que se produce en la década de los 60, comienza en España a sentirse, en especial por la Administración, una cierta preocupación por el déficit crónico de tecnología que hace de nuestra industria, como dijo públicamente el ministro del ramo, el gran «taller de Europa», manufacturando los productos inventados por otros y haciendo que tome carta de naturaleza una servidumbre tecnológica que supone en el mercado el más fuerte hándicap para nuestros productos.

Las cifras y los datos son desalentadores. En un sublime publicado por OCDE el pasado año, España, aparece en último lugar entre los paises que forman parte de estos organismo respecto al porcentaje de PNB dedicado a desarrollo tecnolócogico. En dicho estudio, se observa que nuestro país ocupa en todo el período de la pasada década la posición más baja entre los países miembros, incluso con tasas inferiores a las de Portugal e Islandia. Igualmente la cifra registrada en 1975 por pagos de tecnología importada fue de 23.000 millones de pesetas, con un aumento del 30 por 100 sobre el año anterior.Enrique Kaibel, director general de Promoción Industrial y Tecnología, y anterior director de Sercobe, es buena prueba del interés de la Administración, por el desarrollo del sector tecnológico. «En nuestra situación de subdesarrollo tecnológico -dice- se dan con frecuencia casos paradójicos de firmas españolas que trabajan con licencias de empresas extranjeras de menor capacidad de producción, e incluso menor experiencia fabril sobre la materia.»

Ante el futuro próximo, el señor Kaibel no se muestra del pasado optimista, ya que el aumento de la agresividad industrial y técnica de los países industrializados, tanto en el terreno exterior como en el nuestro propio, está haciendo peligrar la supervivencia de nuestra industria, que se está viendo relegada a la fabricación de productos de tecnologia más convencional obsoleta, cuya vida probable en el mercado será cada vez más corta, por lo que se va a depender cada vez más de la importación para satisfacer las necesidades de un equipiamiento del país con unas exigencias crecientes, en calidad y tecnología.

Motívos del subdesarrollo tecnológico

Las razones básicas por las que hemos llegado a este casi límite de nuestras posibilidades en este campo son, según Enrique Kaibel, la necesidad de la posguerra de buscar el desarrollo industrial a ultranza, sin preocuparse del nivel tecnológico, y la actitud del comprador español hacia la tecnología española, ya que la exigencia de una marca extranjera que ampare los productos fabricados en España, esteriliza cualquier buen deseo que pueda tener un fabricante en llevar adelante trabajos tecnológicos propios.«Para los grandes bienes de equipo que constituyen plantas industriales complejas, la política de los compradores de tratar solamente con las grandes firmas de ingeniería extranjera, es una de las causas fundamentales de que en estos grandes sectores, las industrias españolas que han fabricado materialmente los componentes principales de la planta, desconozcan casi en absoluto la técnica de estos productos. La empresa de ingeniería extranjera, o controlada por la entidad de este carácter, que actúa como contratista principal, considera a la industria fabricante español a como un mero subcontratista que suministra piezas o componentes.»

La primacía de la tecnología, dice Kaibel, si hace patente en la industria de hoy. Es evidente que las circunstancias naturales de poseer materias primas o recursos energéticos que antes se consideraban esenciales, han pasado al un segundo plano, demostrándose que, las diferencias: importantes entre los índices de crecimiento socio-económico de los diversos países se debe, fundamentalmente, a las esencias en su capacidad tecnológica, que permite la creación de nuevos productos, nuevos procesos y nuevos servicios con mayores calidades y menores costes.

«Puede darse por concluida la etapa en que la industria, española ha podido competir con la de los países industrializados por dos razones fundamentales: la agresividad de la protección arancelaria y el incremento del nivel de salarios.»

Hacia una acción concreta

Tras mencionar las escasas acciones adoptadas por la Administración como son el régimen de Planes Concertados de Investigación y el Registro de Transferencia Tecnológica, Enrique Kaibel señaló los objetivos y política a seguir por la Administración para el futuro, que las resume en cinco puntos:-Establecimiento de una nueva modalidad de estímulo a la innovación industrial y al desarrollo tecnológico para que las empresas se animen a realizar los esfuerzos necesarios para asimilar e incorporar la técnica comprada.

-Conseguir la exención fiscal, con rango de ley, en los gastos e inversiones correspondientes a desarrollo tecnológico; y la posibilidad de utilizar el Fondo de Previsión para Inversiones en programas concretos de tipo técnico.

-La creación de un instrumento para el desarrollo tecnológico propio en aquellosproductos o procesos en el que nuestromercadoy nuestro nivel de conocimientos lo justifican. Con este propósito se ha negociado la ayuda financiera, con el Banco Mundial.

-Mayores dotaciones de recursos económicos para los Planes Concertados de Investigación, admitiendo que en ciertos casos de tecnologías onerosas, la aportación estatal. supere ampliamente el 50 por 100, hoy ya establecido.

Sobre los sectores apropiados para un desarrollo tecnológico sobre base, autóctona, Enrique Kaibel señala que en primer lugar están aquellos en los que el volumen nuestro mercado justifique rentablemente su, producción contando dentro del mercado las posibilidades de exportación.

Por último, no hemos de abordar aquellos productos cuya ejecución de modelos o prototipos supongan una inversión desproporcionada a nuestras posibilidades con fuertes riesgos de fracasos iniciales.

Dentro de estos condicionantes existen multitud de productos en los sectores de la electrónica profesional, de la maquinaria para la mecanización de la agricultura y productos agrarios, en los procesos e instalaciones industriales para la transformación del nuestras materias primas como piritas y arcillas; en la maquinaria de obras públicas de tamaño, mediano, y dentro de muchos sectores de la producción de bienes de equipo, donde no solamente podría sustituirsela tecnología extranjera por nacional, sino que además ésta sería más adecuada a nuestras condicionesparticulares y a nuestras necesidades.

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