Vitolo ficha por el Atlético y abre una crisis en el Sevilla

“Fueron días muy duros”, dijo Vitolo después de aterrizar en Las Palmas, ayer por la tarde. El internacional español venía de Madrid, en donde acudió personalmente a la sede de la Liga por la mañana, para depositar los 37 millones de la cláusula de rescisión que le desvinculó del Sevilla y le unió al Atlético de Madrid hasta 2022. Un mal trago. Un trámite que, normalmente, hacen los propios clubes pero que, dada la imposibilidad de que Atlético y Sevilla se sentaran a negociar el traspaso, debió realizar el futbolista. No le quedó más remedio jurídico que ejecutar la cláusula que firmó en su contrato de 2016 con el Sevilla, que prescribía que en caso de ruptura unilateral debería depositar 36 millones de euros más el IPC hasta el 15 de agosto de 2017. A partir del 15, la cantidad se elevaría a 40 millones de euros.

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Vitolo pasó por un sofocón. La directiva del Sevilla se quemó. La forma en que salió el jugador ahondó la brecha entre las facciones que gobiernan el club. De un lado, el presidente Pepe Castro y el grupo de accionistas de Utrera; del otro el vicepresidente José María del Nido Carrasco, hijo del expresidente —actualmente en prisión— José María del Nido, con amplio apoyo social. Del Nido Carrasco, que representa 26.000 acciones, presentó la dimisión irrevocable este miércoles por la tarde. La explicación de esta decisión no es unánime en el seno del club. Unos indican que Del Nido Carrasco se fue por desavenencias con Castro, a quien sus adversarios políticos quieren aislar. Otros advierten que Del Nido Carrasco se marchó porque fue él quien llevaba la renovación de Vitolo y debe asumir su responsabilidad. 

La gestión de la negociación con el Atlético y, posteriormente, el intento de renovación del jugador, fueron conducidos con evidente torpeza y las pruebas reflejan la imagen de Castro. El lunes, después de convenir un contrato de renovación con los representantes del futbolista, y sin tener nada firmado todavía, Castro declaró públicamente que el acuerdo estaba cerrado. Lo anunció en una conferencia en Sevilla, y lo hizo con una vehemencia desafiante. “Vitolo es uno de los nuestros”, proclamó, después de acusar al Atlético de hablar mucho y no hacer nada. Vitolo confiesa que lo primero que pensó cuando supo de la intervención de Castro fue que el directivo le presionaba para forzarle a renovar. El entorno del futbolista coincide en señalar que Castro procuró cerrarle la puerta de salida “echando a Vitolo a los pies de los caballos”.

Los representantes de Vitolo advierten de que al Atlético le resultó imposible negociar el traspaso con el Sevilla porque en el club andaluz prevalecía una ejecutiva “bicéfala”. Fue arduo encontrar un punto de acuerdo entre los clubes porque, según estas fuentes, ni siquiera dentro del propio Sevilla los directivos armonizaban.

Provocación y retirada

Cuando castro hizo su anuncio, el lunes por la noche el Atlético se sintió provocado y dobló su oferta a Vitolo mejorándole las condiciones contractuales notablemente. Durante horas, según los agentes de Vitolo, la parálisis del Sevilla fue total. No hubo una contraoferta. El club andaluz sencillamente se retiró de la puja. Dejó de negociar y al jugador solo le quedó ejecutar la vía de la resolución unilateral del contrato.

Hombre tímido y poco afecto a la vida social, Vitolo pasó un mal rato desfilando ante los medios en la sede de la LFP. Depositó los 37 millones acompañado por los dirigentes de la Unión Deportiva que le inscribieron para disputar la competición. Luego se subió a un avión y se trasladó a Gran Canaria. Allí lo recibieron como a un héroe. Este jueves la Unión Deportiva presentará al futbolista a bombo y platillo.

Vitolo jugará cedido en Las Palmas hasta enero para sortear la sanción que pesa sobre el Atlético. La FIFA ha prohibido al club madrileño inscribir jugadores en competiciones oficiales hasta enero, en cumplimiento de una sanción por fichar menores de manera irregular. Vitolo, que quiere entrar en todas las convocatorias de la selección hasta el Mundial de Rusia, no quiere permanecer inactivo durante seis meses. La alternativa de la Unión Deportiva para sortear la veda le proporciona la posibilidad de cumplir tres aspiraciones: regresar a casa; jugar en el Atlético; y disputar la Copa del Mundo en 2018.