El Granada desciende tras contar con cuatro entrenadores, 33 jugadores y un dueño chino
El club andaluz pena una planificación deficiente, con una plantilla que acusó la inexperiencia en Primera y técnicos de perfiles muy diferentes
No hubo sexto milagro. El Granada, un histórico del fútbol español que regresó a Primera en 2011 después de una larga travesía en el desierto, ha consumado en Anoeta, tras perder con la Real Sociedad (2-1), su quinto descenso a Segunda División. Las razones de este fracaso deportivo son múltiples, aunque muchas tienen que ver con la confección de una plantilla repleta de jugadores con escaso sentimiento de pertenencia al club (hasta 33 utilizados en la Liga), plagada de elementos de muy poca experiencia en la Liga y dirigida por cuatro técnicos tan distintos como Paco Jémez, Luis Planagumá, Lucas Alcaraz y Tony Adams. En el fondo, sin duda, se encuentra la gestación de un nuevo proyecto al frente del club, que se plasmó el 22 de mayo de 2016, cuando los antiguos propietarios del club, la familia Pozzo, vendieron el Granada por 37 millones de euros a la sociedad china Desport, con el empresario John Jiang al frente. La intermediación de la venta la llevó a cabo una agencia de representación de futbolistas, Media Base Sport, que acabó proyectando una planificación que ha acabado siendo muy deficiente.
Una de las primeras decisiones fue apartar de la dirección del club a Quique Pina, el presidente que administraba el Granada con bastante autonomía concedida por la familia Pozzo. Pina dejó al Granada en Primera con cinco clasificaciones apuradas y remontadas de mucho mérito en las rectas finales del campeonato. El nuevo director deportivo, Javier Torralbo, Piru, llegó a un acuerdo con Jorge Sampaoli, que al final rompió su contrato y se marchó al Sevilla. Entonces, el Granada se arriesgó fichando a Paco Jémez. Al extécnico del Rayo le acompañaron 19 fichajes, de los que 14 no habían jugado nunca en Primera. Solo el meta Ochoa, Tito, Samper, Bueno y Vezo habían actuado en la Liga española. 19 fichajes, además, de 12 nacionalidades diferentes. La mayoría, incapaz de expresarse en castellano.
Jémez dura en el banquillo seis jornadas. No conoce la victoria (dos puntos de 18) y se marcha criticando, en público y en privado, la planificación y los fichajes. El club recurre entonces a Lucas Alcaraz. Un técnico granadino, que ya salvó al Granada del descenso en anteriores ocasiones. Con Alcaraz, además, los nuevos propietarios intentan ganarse el apoyo de la afición al apostar por un hombre casi de la casa. El Granada mejora ligeramente y desde una organización muy conservadora logra empatar algunos partidos hasta conseguir el primer triunfo del campeonato, que se produce en la jornada 14 frente al Sevilla. No obstante, el equipo nunca sale de la zona de descenso. Al igual que en anteriores temporadas, el Granada sufre cambios en el mercado invernal. Se producen siete altas (el colombiano Adrián Ramos el fichaje más destacado) e incluso el club renueva por un año a Alcaraz después de la goleada sufrida el siete de enero en el Santiago Bernabéu (5-0). El Granada obtiene tres victorias en casa (Las Palmas, Betis y Alavés) que le dan ciertas opciones de salvación. Llega al duelo de Leganés en la 26ª jornada, el cuatro de marzo, con opciones de depender de sí mismo para salvarse si gana. Cae 1-0 ofreciendo una mala imagen y sus opciones se desvanecen. Fuera de casa, el equipo es un auténtico desastre.
La derrota ante los madrileños abre un periodo de cinco partidos sin ganar (cuatro derrotas y un empate) que provocan la destitución del renovado Lucas Alcaraz y la llegada al banquillo de Tony Adams, que había aterrizado a la entidad en el mercado invernal para sustituir al anterior director deportivo, Piru. Adams es el vicepresidente de DDMC, la compañía del presidente Jiang de la que forma parte el propio Granada. Una medida a la desesperada que no ha dado resultado, en medio de actuaciones muy pobres del equipo, sin capacidad para competir en las últimas jornadas, y el divorcio total con una afición que acabó por abandonar al equipo a su suerte.
A pesar del fracaso del descenso, los propietarios del Granada han manifestado su intención de seguir con el proyecto aunque sea en Segunda División. Se producirá una importante reestructuración en el verano de la mano de Manolo Salvador, nuevo director deportivo del club andaluz, que pronto tendrá entrenador para la próxima temporada. “En breve tendremos un nuevo técnico para ir preparando la plantilla del próximo curso”, ha indicado Adams, cuyo paso por el banquillo del club andaluz no ha surtido el efecto deseado (cuatro derrotas en cuatro partidos hasta ahora). Como le ha ocurrido a la propia plantilla, Adams, importante exfutbolista del Arsenal, ha actuado con inexperiencia y desconocimiento de la competición, aunque el objetivo de salvar al Granada era, realmente, una quimera, ya que el equipo estuvo virtualmente descendido desde la últimas cinco jornadas.
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