María Bernabéu pierde el bronce en el punto de oro
La española dice que le faltó apretar más los dientes y mantener el ritmo y la tensión hasta el último momento
María Bernabéu tenía todavía las gotas de sudor en la cara cuando se reunió con los periodistas. Antes de enfilar el pasillo vallado que del tatami conduce a la zona mixta recibió un largo abrazo de su entrenador, Carlos Montero. Estuvieron charlando y gesticulando. “Me ha dicho que me venga arriba, que son mis primeros Juegos, que he peleado por una medalla y que no vaya por ahí con cara de muerta, pero es la que tengo ahora y lo que siento ahora, cuando lo tienes tan cerca es una rabia increíble perderlo”, explica la yudoca de 28 años. Lo que tuvo tan cerca fue el bronce. Lo perdió en el punto de oro contra la alemana Laura Vargas Koch, la misma a la que en febrero había derrotado por ippon en el Grand Prix de París.
Bernabéu se metió en la lucha por la medalla de broncedespués de haber pasado por la repesca, en la que se deshizo de la israelí Bolder. A las 15.30, cuando llevaba ya siete horas en el tatami y dos combates, tuvo que volver a empezar. “El yudo es así, llegas a las 9 y tienes que mantener la concentración hasta las 18. Me ha faltado mantener el ritmo y la tensión hasta el último momento. Estábamos cansadas, pero podía haber dado un poco más. Tendría que haber apretado más los dientes”, se desahogó. "Hay que mantener la tensión desde primera hora de la mañana, todo el día, tienes que esforzarte, seguir, rendir a tope. Lo habéis visto, he empezado bien el combate del bronce y lo he acabado perdiendo, no te puedes relajar nada, nada, nada", insistió.
No había manera de que encontrara consuelo. “Sólo la llamada de mi madre ha conseguido relajarme un poco. Me dicen todos que no vaya con cara de muerta, pero es complicado porque duele cuando lo tienes tan cerca”, reiteró la yudoca, la última esperanza a la que se aferraba el yudo español en estos Juegos. El oro fue para la japonesa Tachimoto y la plata para la colombiana Alvear.
La última medalla olímpica que consiguió el yudo español fue en los Juegos de Sydney 2000 con Isabel Fernández. ¿Qué le falta al yudo español?, le preguntaron a María. “Hay mucha gente buena, muchos niños que empiezan con ganas. Nada, no le falta nada, tiene de todo, las ganas y la ilusión la tenemos, nos falta creérnoslo cien por cien y no rendirnos", contestó.
Corazón, fe y alma dijo, es precisamente lo que le puso ella desde que pisó la sala de calentamiento a las 9 de la mañana. Al ser cabeza de serie, no tuvo que competir en la primera ronda. “Hicimos un calentamiento muy duro para que cuando entrara a competir lo hiciera como si fuera su segundo combate y no el primero”, explicó Montero, su entrenador, que en la víspera acompañó a María de compras por el supermercado “Necesitaba marujear para distraerse y hacer como si no pasara nada”, añadió. Una forma más para no sentir la tensión de los Juegos.
“Duele. No consigo alegrarme por el cuarto puesto porque en la cabeza sólo tenía medalla y medalla. Ahora necesito ir a casa, estar con mi familia y repasar este día”, se despidió la yudoca.
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