Londres fue una fiesta para Bolt, Hortelano y el atletismo español
Con 19,89s en los 200m, el jamaicano demuestra que está recuperado de su lesión en una carrera en la que Hortelano (20,18s) batió su récord nacional
De Londres, del estadio olímpico de 2012 que acoge este fin de semana la prueba de la Diamond League, salieron dando botes de alegría el viernes por la noche Keni Harrison, Usain Bolt, Ruth Beitia y Bruno Hortelano, y con ellos decenas de miles de espectadores que disfrutaron del fin de un récord del mundo que tenía casi 28 años, la confirmación de que el mejor atleta de todos los tiempos está preparando para su tercer triplete de oro olímpico, la regularidad excepcional de una saltadora que redefine el concepto de longevidad atlética y la irrupción de un velocista sin complejos y muy rápido.
Tres semanas justas después de que una lesión en los isquios le obligara a abandonar los campeonatos jamaicanos y pusiera en duda su participación en los Juegos de Río, Bolt corrió su primer 200m de la temporada. Lo ganó con 19,89s (viento de -0,3 m/s), que no es la mejor marca mundial del año, sino la quinta (los norteamericanos LaShawn Merrit y Justin Gatlin mandan en la lista con 19,74s y 19,75s), pero prueba suficiente de que está preparado para el gran desafío que le hará único por los siglos de los siglos, conseguir en los Juegos de Río de Janeiro dentro de tres semanas su tercer triplete de oros en velocidad, 100m, 200m y 4x100m, después de los de Pekín 2008 y Londres 2012. “Me estoy acercando. No estoy totalmente en forma. Aún necesito trabajar más, pero con un poco de tiempo estaré perfecto”, dijo Bolt, que se recuperó en Europa de su lesión de la mano del médico de la selección alemana de fútbol, Hans Wilhelm Müller-Wohlfahrt, el especialista que le trata su espalda torcida, fuente de todos sus males, desde hace años. “Estoy muy contento de haber corrido y no haberme lesionado. Voy a Río a defender mis títulos”.
Bolt comentó que se había controlado en la curva, lo que permitió a Bruno Hortelano, que corría cuatro calles más hacia el exterior, en la nueve del olímpico, rivalizar con el hombre más rápido de la historia, con récords de 9,58s en los 100m y 19,19s en los 200m, la prueba de su corazón. El atleta español hizo una magnífica curva y, sobre todo, unos últimos 50 metros, donde mostró su espléndida técnica para no descomponerse y su acrisolada resistencia a la velocidad. Terminó en 20,18s, batiendo por nada menos que 21 centésimas el récord de España que había logrado en los Europeos de Ámsterdam hace dos semanas, y que le valieron la medalla de oro. En Londres, Hortelano terminó cuarto tras Bolt, el panameño Alonso Edward (20,04s) y el británico Adam Gemili (20,07)s, y por delante del francés Christophe Lemaître (20,27s). La marca de 20,18s, 27ª mejor mundial del año, tiene tal nivel que con ella no solo llegaría a la final olímpica sino que dentro de ella estaría entre el quinto y el séptimo puesto, si se atiende a las marcas logradas en las últimas finales de los Juegos.
Por tercera vez en la temporada, la triple campeona de Europa Ruth Beitia, de 37 años, saltó 1,98m, lo que le sirvió para imponerse en su tercera prueba de la Diamond, tras Oslo y Estocolmo, y liderar la competición que ya consiguió en 2015. Su carrera hacia las medallas en Río parece imparable.
La dureza de las pruebas de calificación estadounidense para los Juegos, los Trials, se puso de manifiesto cuando Keni Harrison batió, con 12,20s, el récord del mundo de los 100m vallas, superando por una centésima los 12,21s que la búlgara Yordanka Donkova había logrado en 1988, unas semanas antes de proclamarse campeona olímpica en Seúl. Harrison, de 24 años, que este año ya había corrido en 12,24s, la cuarta mejor marca de la historia, no estará, sin embargo, en Río, pues terminó sexta en los Trials, donde solo se clasificaban para los Juegos las tres primeras.
Que una mujer bata un récord de velocidad es una noticia extraordinaria. La vigencia media de las marcas inferiores a 1.500m (los récords de 100m y 200m de Florence Griffith, los 400m de Marita Koch y los 800m de Jarmila Kratochvilova) es de más de 26 años, síntoma del valor añadido que los anabolizantes, antes tan en boga, dan a las prestaciones femeninas.
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