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Cristiano, el líder independiente

Alejado de Florentino Pérez y Mourinho, el atacante del Madrid llega al reto con el Manchester tras ganarse el respeto de los compañeros por sus goles imprescindibles y su autonomía

Diego Torres
Cristiano Ronaldo, en el último clásico.
Cristiano Ronaldo, en el último clásico.Jasper Juinen (Getty Images)

El 12 de febrero de 2012, Cristiano Ronaldo le prometió al preparador físico del Madrid, su amigo Rui Faria, que si le marcaba un hat trick al Levante se lo dedicaría a él. En el minuto 57, después de empezar perdiendo, Cristiano anotó el 3-1. Excitado por la emoción, se volvió hacia el banquillo y echó un sprint de 50 metros para encontrarse con su amigo. Cristiano abrió los brazos. Faria abrió los brazos. El encuentro era inminente. Pero calculando los tiempos con precisión, el mánager, José Mourinho, se cruzó en la trayectoria en el momento justo. A Cristiano no le quedó más remedio que agarrar a Mourinho, que lo abrazó fervoroso, mientras miraba a Faria, que se reía de la ocurrencia del jefe.

Hace un año Mourinho sabía perfectamente que su jugador más importante era Cristiano: en el campo y en los medios de comunicación convenía tenerlo cerca. Hoy las cosas han cambiado. El portugués nunca fue tan necesario para el Madrid como en estos días. Sus 39 goles en todas las competiciones desde agosto contrastan con el declive anotador de Higuaín y Benzema, dos puntales en la conquista de la última Liga. Pero eso no es todo. Cristiano, además del goleador, es un líder afianzado. Una referencia moral para la plantilla que el martes visita Old Trafford.

Varane se suma a la fuerza aérea

El Madrid ha ido compensando sus limitaciones para marcar goles en jugada elaborada gracias a los tiros desde fuera del área y las acciones a balón parado. La aparición de Raphael Varane ha reforzado esta faceta. El francés, de más de 1,90 de estatura, es un saltador fenomenal, un especialista del timming, agresivo y eficaz. Sus dos goles al Barça en las semifinales de Copa resultaron tan vitales como el cabezazo de Cristiano en la ida de los octavos de final de la Champions frente al Manchester. Unidos a Ramos, que con tres goles en Liga es el máximo anotador de la plantilla por este concepto —el último lo hizo en el clásico del sábado—, el trío compone un temible instrumento de ataque. El martes, en la vuelta contra el Manchester en Old Trafford, se les puede unir Pepe, a quien Mourinho considera situar en el trivote.

Los recaudos del mánager del Madrid, en colisión con las precauciones de Ferguson, el mánager escocés del United, amenazan con conformar un desenlace de eliminatoria eminentemente trabado. Se avecinan córners y faltas laterales por doquier. Con mayor o menor intensidad, el duelo de Old Trafford va camino de ser un choque de fuerzas aéreas.

Hasta ahora, Van Persie, Ferdinand, Carrick o Rooney, han sido especialistas más productivos que los madridistas. Esta temporada en la Premier el Manchester ha rematado 71 veces de cabeza y ha metido 13 goles. A balón parado el equipo inglés ha disparado 49 veces y ha metido nueve. El Madrid también ha rematado en 71 jugadas de cabeza, pero las ha rentabilizado menos, con ocho goles. En los remates a balón parado los jugadores blancos se muestran menos resolutivos que sus rivales: 98 remates y ocho goles.

Si en la historia centenaria del fútbol hubo un maestro en el arte de capitalizar la gloria, ese fue Mourinho. Bien informado por Faria, el mánager siempre supo de los entresijos de la celebración del hat trick al Levante. La foto del abrazo dio la vuelta al mundo como representación de la unión de la estrella con el entrenador. Pero lo cierto es que, desde que coincidieron en el verano de 2010, Cristiano y Mourinho apenas mantienen conversaciones profesionales. Son muy pocas porque Mourinho prefiere trasladarle los mensajes a través de Rui Faria, una de cuyas misiones consiste en trabar amistad con Cristiano para ejercer de intermediario.

Mourinho se siente incómodo tratando personalmente con Cristiano. El jugador siempre le ha hecho sentir que era mucho más importante que él. Sin discusión. Hombre nítido, de carácter abierto, honesto hasta rozar la ingenuidad, Cristiano ha reñido con compañeros a los que ha abrazado al día siguiente, ha ofrecido una conferencia de prensa para anunciar que estaba “triste”, o ha denunciado que la afición del Dinamo de Zagreb le odiaba por ser “rico” y “guapo”. Dice lo que piensa y, con 28 años recién cumplidos, está convencido de que no hay en el mundo un futbolista más completo ni más necesario que él. Armado de esta certeza interior se ha sentido independiente. Libre para darle esquinazo al presidente Florentino Pérez, con quien no ha querido ni sentarse a escuchar una oferta de renovación, y libre para marcarle la raya a Mourinho cada vez que lo ha creído necesario. Como el 15 de enero pasado, cuando se sintió manipulado por el mánager en contra de Casillas, en pleno conflicto por la suplencia del capitán: se abalanzó sobre el técnico y sus compañeros aseguran que si no se interponen Arbeloa y Khedira el incidente habría acabado en pelea.

La plantilla del Madrid es un crisol de gente haciendo equilibrio entre intereses. Unos están abanderados alrededor del presidente, otros se deben a Mourinho, y otros, como Casillas o Ramos, permanecen condicionados por sus deberes representativos, inherentes a su condición de capitanes. Solo Cristiano se aproxima a la autonomía total haciendo y diciendo lo que íntimamente cree. Si acaso es permeable a los consejos que le da Jorge Mendes, su agente e íntimo amigo.

No solo los goles han hecho de Cristiano un jugador importante. La independencia le ha convertido en un líder con autoridad.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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