Malestar entre los mandos de Madrid por un curso de policía comunitaria
Parte de la escala técnica protesta por tener que implantar un sistema que requiere muchos medios y agentes
El curso de policía comunitaria (agentes más próximos a los ciudadanos) está levantando ampollas entre la cúpula de la capital. Los mandos están obligados a acudir a unas clases de formación durante el mes de marzo en horario de mañana, pese a que hasta la fecha desconocen cómo y cuándo se pondrá en marcha en la capital. Esto ha generaro malestar entre los responsables policiales. El Ayuntamiento responde que este nuevo modelo se implantará tras el verano y que también han recibido críticas positivas a esta formación.
La policía comunitaria se caracteriza porque los agentes estén más cerca del ciudadano y porque conozcan los problemas de convivencia y seguridad que sufran para disminuir la conflictividad social y el índice de delincuencia. El curso lo están impartiendo especialistas procedentes de Badalona (Barcelona), Fuenlabrada, Londres y Amsterdam, entre otras ciudades. Según su memoria explicativa, sus objetivos son ofrecer un marco teórico sobre la policía comunitaria, identificar los problemas sociales, analizar los factores de la seguridad ciudadana e iniciar en el dominio de técnicas de investigación cuantitativa y cualitativa, entre otros.
El curso ha sentado “muy mal” entre la cúpula policial, según varios mandos consultados por este periódico. Los jefes creen que los modelos de otras ciudades no son extrapolables a la capital. “Nos ponen el ejemplo de Badalona cuando solo tiene una plantilla de 250 agentes y una conflictividad muy baja. Un solo distrito de la capital supera con creces el número de policías y de problemas con los que se tienen que enfrentar”, reconoce un integrante de la cúpula.
Otro problema añadido es la falta de agentes que sufre la plantilla de la Policía Municipal. Ahora hay 6.300 agentes, dada la cantidad de agentes que se han jubilado en los últimos años y que no se han podido incrementar por las tasas de reposición implantadas por el Gobierno central. “El modelo de policía comunitaria necesita muchos agentes para hablar con asociaciones, con comunidades de vecinos, con comerciantes, con colegios y con todo el tejido social. Hoy por hoy es inviable”, reconoce otro mando policial consultado por este periódico.
A la falta de efectivos se une que entre este año y el próximo se pierdan entre 700 y 800 agentes cuando se apruebe la prejubilación de los policías a los 60 años. Ahora está en estudio legislativo. “Se necesitarían varios años para poder llegar a los índices de hace años”, explica el segundo mando policial.
15 años de experiencia
Otro fallo al modelo de policía comunitaria es que gran parte de las figuras que se quieren implantar ya están funcionando desde hace al menos 15 años. La Policía Municipal cuenta con agentes tutores, que trabajan en los colegios; agentes mediadores, que resuelven los problemas vecinales, y las oficinas de atención al ciudadano, para recoger todas las quejas de los madrileños. “Están viviendo de las rentas y encima se quieren apuntar un tanto con el trabajo que venimos desarrollando desde hace mucho tiempo”, afirma otro oficial.
Parte de la escala técnica también se ha quejado de que al finalizar el curso tienen que presentar un proyecto de cómo implantarían la policía comunitaria en sus respectivos distritos. Algunos mandos han visto este trabajo como una manera de “hacer los deberes a la dirección”. “No tienen ni proyecto. Como no saben ni lo quieren hacer, nos ponen a que se lo hagamos nosotros. Ni de broma”, se quejan mandos policiales. Algunos optarán en ese trabajo en dar líneas generales y pedir más medios materiales y más policías, sin concretar.
Fuentes de la Concejalía de Salud, Seguridad y Emergencias discrepan de estas apreciaciones y aseguran que se ha elegido a ponentes de primera línea y reconocido prestigio de ciudades en las que ha funcionado la policía comunitaria. “Se ha valorado el acercamiento al estudio de la exclusión social y la conflictividad vecinal en general, como elementos básicos para la implementación del Plan Director de Policía Municipal”, citan las fuentes.
Estas mantienen que también han recibido alabanzas por parte de algunos oficiales “que lo han encontrado de sumo interés” al permitirles “conocer experiencias europeas que trabajan en este sentido y así poder mejorar, aún más, la labor de Policía Municipal”. “Incluso hemos recibido solicitudes de diferentes cuerpos policiales que nos han pedido poder asistir al curso, las cuales hemos rechazado pues este curso es exclusivo para la escala técnica. Consideramos que las formaciones en materia de seguridad y convivencia son beneficiosas para el cuerpo en su conjunto”, añaden las fuentes.
La Concejalía desconoce el número de agentes que integrarán la policía comunitaria: “El número definitivo se determinará en función de los diferentes planes y diagnósticos que se elaboren en cada uno de los distritos”.
Un modelo "ya superado"
Las críticas también han llegado a los modelos que se explican en el curso. Uno de los que ha recibido bastantes protestas es el llamado Policía 2000. Este lo impuso el entonces director general del Cuerpo Nacional de Policía, Juan Cotino, a finales de los noventa. Se basó en patrullaje a pie y en moto, en la que los agentes siempre estaban asignados a un barrio concreto. De este modo, se pretendían que los vecinos, comerciantes y asociaciones conocieran a su funcionario de referencia.
“Nos vienen ahora con ese modelo que desechó la propia Policía Nacional porque resultó ser un fracaso. Ya está superado. Intentaron bajar los seis delitos más frecuentes, pero con el tiempo se vio que no funcionaba porque necesitaba muchos agentes”, describe un mando de la Policía Municipal.
Fuentes de la Concejalía de Seguridad rechazan la crítica y recuerdan que Policía 2000 se basaba en “la proximidad, la especialidad y la coordinación”. “Los propios datos publicados de la Policía Nacional demuestran los buenos resultados de su implantación”, afirman estas fuentes.
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