La policía admite dificultades para controlar quién circulará por Gran Vía
Los agentes carecen de bases de datos específicas para controlar cómo se encuentran los aparcamientos de la zona
La Policía Municipal tendrá serias dificultades para poder comprobar en Gran Vía que los conductores que entren en la zona restringida al tráfico estas Navidades se dirigen o no a los aparcamientos públicos. Los agentes que acoten este área —habrá ocho puestos— no cuentan con una base de datos específica para corroborar que los estacionamientos disponen de plazas libres, que los usuarios tienen un estacionamiento alquilado o que han aparcado donde indicaron a la policía. El Ayuntamiento, por su parte, confía en que serán “los dispositivos policiales” los que determinarán si se producen infracciones.
El primer periodo de cortes al tráfico privado en el centro de la capital comenzará el próximo viernes 2 de diciembre a las cinco de la tarde y se prolongará hasta las diez de la noche del 11 de diciembre. Después, se retomará del 16 al 18 de diciembre. El tramo más prolongado de interrupción del tráfico se extenderá entre la tarde del viernes 23 de diciembre y las diez de la noche del domingo 8 de enero.
Los agentes de Movilidad y de Policía Municipal montarán ocho puntos fijos para impedir el acceso al centro del tráfico privado, según ha conocido EL PAÍS. Tan solo estará permitida la circulación de los transportes públicos, ambulancias, residentes, policía, bomberos, motos, vehículos eléctricos, autobuses turísticos, bicicletas, unidades móviles de televisiones y radios y turismos que se dirijan directamente a hoteles o a aparcamientos públicos. La carga y descarga se realizará entre las once de la noche y las once de la mañana.
Según fuentes policiales, el principal problema al que se va a enfrentar el plan de reducción del tráfico navideño es que dentro de la zona acotada hay 36 aparcamientos, entre públicos y privados. El acceso a ellos se prohibirá cuando estén llenos o a punto de completarse.
Sin comunicación
Como no existe comunicación entre los gestores de estos estacionamientos y la Policía Municipal, puede darse el caso de que se cierre el paso a los conductores cuando ya sea demasiado tarde y no queden plazas. “Como toda esa zona es área de prioridad residencial [APR] y está prohibida la circulación, más de un conductor que se despiste puede llevarse una sanción si circula por estas calles”, recuerdan estas fuentes.
Sin embargo, el mayor problema lo va a tener la policía en la principal arteria del centro: la Gran Vía, donde está previsto que haya un carril de circulación en cada sentido. El resto de la calzada será peatonal, de forma que las aceras serán más amplias para todos aquellos que paseen por el centro.
Según fuentes policiales, el reto será controlar que los vehículos que pasen por Gran Vía vayan directamente a los cuatro estacionamientos situados dentro del área restringida: calle de Isabel la Católica, calle del Carmen, calle de los Jardines y en la plaza del Carmen.
Un problema de horas extras a final de año
El montar ocho puntos fijos supondrá un fuerte desembolso para el Ayuntamiento, ya que se tendrán que cubrir las 24 horas del día. Los agentes de Movilidad entran a trabajar a las ocho de la mañana y terminan su jornada a las 21.30 los días laborales y a las 20.30 los fines de semana y los festivos. El resto de la jornada, estas zonas tendrán que ser vigiladas por policías municipales. Esto supondrá que se destinen entre 50 y 60 agentes para cubrirlos.
Estas vigilancias, en plena noche, se deberán hacer con jornadas extraordinarias, ya que el resto del dispositivo de vigilancia ya estaba montado. A ello se unirán actos extraordinarios que requieren gran vigilancia policial, como la carrera de San Silvestre, las campanadas de año nuevo y la cabalgata de Reyes.
De hecho, la Policía Municipal ha pedido que el acceso a los aparcamientos que están fuera del área especial de Navidad (Vázquez de Mella, Mostenses y Luna) se haga por las calles o rutas que no estén incluidas en la zona restringida, pero esto implica otro problema: al tratarse de calles muy estrechas fácilmente se colapsarían.
También se plantea que los agentes puedan establecer rutas o recorridos para cada caso particular. “Muchas veces va a depender del criterio del policía, pero no se va a poder controlar todo. Si se cumple el decreto a rajatabla, no debería pasar nada. La gran prueba de fuego va a ser este viernes”, explicaron fuentes policiales.
La Dirección General de Movilidad tiene previsto mantener una reunión con los dueños de los estacionamientos privados para explicarles el plan y consensuarlo.
Desde el Consistorio, fuentes oficiales insisten en que serán los filtros policiales los que sepan “interpretar” las posibles irregularidades de conductores que, declarando ante un control que van a aparcar en uno de los aparcamientos de la zona, crucen la Gran Vía, sorteando el cierre al tráfico.
Por otro lado, el gobierno de Manuela Carmena confía en el efecto disuasivo de los controles policiales y recuerda que, cuando los aparcamientos estén llenos, “el filtro será total”.
“Es preciso tener en cuenta que en Navidad se produce de modo muy frecuente saturación de numerosos aparcamientos de rotación [por horas] de la zona, por lo que es recomendable consultar su ocupación antes de iniciar el desplazamiento en vehículo privado”, reza la web del Consistorio.
Tras anunciar el cierre de la Gran Vía al coche privado, el Ayuntamiento explicó que la medida refleja al deseo del gobierno municipal de promover “otra movilidad” en la ciudad. El Consistorio cree, en este sentido, que las fechas navideñas son las “indicadas para testar con la ciudadanía el nuevo concepto de Gran Vía que se está planificando”.
El Ayuntamiento asegura, por otro lado, que el transporte público será reforzado, aunque el Consorcio Regional de Transportes, dependiente de la Comunidad y responsable de la red de metro, autobuses y cercanías, criticó la falta de comunicación en la toma de decisión.
Cifuentes reprocha la falta de comunicación de Carmena
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (PP), criticó ayer el Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena (Ahora Madrid), por no haberla informado del cierre de Gran Vía. Cifuentes afirmó que no les parece bien haberse enterado por los medios, y no por vía oficial, de que el Consistorio había decidido cortar la Gran Vía en Navidad. “Con lo que supone, no solamente en medidas de refuerzo para mejorar la movilidad”, adujo.
La popular explicó que el Ayuntamiento tiene “el deber de avisarles con antelación” y criticó que Inés Sabanés, responsable del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Consistorio, no llamara al consejero de Transportes, Pedro Rollán, antes de tomar la decisión.
“Me hubiera gustado que el Ayuntamiento hubiera llamado para comunicárnoslo”, apunto la presidenta. Cifuentes agregó que espera que la medida no acabe en el “caos absoluto” de la ciudad y que el Ayuntamiento “no se esté equivocando” en su apuesta de cerrar el tráfico en fechas tan sensibles.
Alegó que la Comunidad deberá reorganizar refuerzos en el transporte público y que estos dispositivos implicarán costes “muy altos”.
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