Una mujer muere tras esperar 81 minutos una ambulancia
El Summa, que ha abierto una investigación interna, reduce la demora a 51 minutos
El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Coslada ha abierto un procedimiento para investigar la muerte de una vecina de la localidad, Gloria Zapatero García, de 23 años, tras haber esperado 81 minutos a que llegara una ambulancia a su casa. La familia y la policía llamaron hasta en cuatro ocasiones a los servicios de emergencia, sin éxito. Fuentes del Summa, que rebajan el tiempo a 51 minutos, afirman que han abierto un expediente informativo del caso.
"No es el único caso con resultado grave"
La presidenta de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), María Antonia Moral, asegura que el caso de Gloria Zapatero no es el único que se ha producido por falta de transporte sanitario. Su colectivo ha recibido la protesta de un hombre que llamó al Summa diciendo que su padre estaba muy mal. El médico responsable de la sala le pidió que le pusiera a su progenitor al teléfono para oír como respiraba. El enfermo falleció al poco. “El problema es que esta persona no ha querido denunciar. Su padre era muy mayor y no han querido mover el asunto”, se quejaba la presidenta de Avinesa.
Moral asegura que su asociación ha recibido bastantes quejas de que no hay ambulancias o de que directamente se dice a los enfermos o a sus familiares que se cojan un taxi para ir a un hospital. “Encima el consejero de Sanidad [Jesús Sánchez Martos] nos obliga a aportar un poder notarial de autorización de la familia cada vez que le transmitimos una queja”, protesta la presidenta de Avinesa.
Los hechos ocurrieron el pasado 18 de marzo, cuando Gloria Zapatero estaba en el domicilio de su madre, en Coslada. La joven sufría un trastorno de ansiedad y de hiperactividad, además de epilepsia (con un 51% de discapacidad reconocida) y 41 grados de fiebre. A las 16.39 le dio un primer ataque, por lo que su progenitora llamó al teléfono de emergencias 112 solicitando una ambulancia para que la llevara al hospital del Henares, según el relato de su padre, Ángel Francisco Zapatero.
Como la ambulancia no llegaba y la situación empeoraba por momentos, la madre decidió repetir a las 17.10 la llamada al teléfono 112 y al 091. Al lugar acudió una patrulla de la comisaría de Coslada, cuyos agentes comprobaron in situ que la joven empeoraba por momentos.
De hecho, uno de los agentes llamó directamente a las 17.35, al ver que tampoco llegaba la ambulancia. Apremió al operador para que se dieran mucha prisa ya que la mujer estaba teniendo graves dificultades para respirar y no paraba de convulsionar. Llegó a decir incluso que, si tardaban mucho, lo que tendrían que mandar era a un forense para que hiciera el levantamiento del cadáver, según el padre de la fallecida. El operador tan solo le explicó que el recurso estaba en camino y que llegaría en breve.
Certificar el fallecimiento
La última llamada se produjo a las seis en punto de la tarde, cuando la mujer ya había sufrido una parada cardiorrespiratoria. Según el relato de Ángel Francisco, su hija ya estaba muerta y los médicos no pudieron hacer nada por ella. Tan solo certificar el fallecimiento. “Este tipo de crisis le había pasado en otras ocasiones y nunca había ido a mayores. Tenemos un montón de hospitales por la zona, como el del Henares, el de Alcalá de Henares o el Gregorio Marañón y mi hija se murió porque nadie vino a atenderla”, protesta con amargura. “Pienso llegar a dónde haga falta porque es injusto que esto ocurra y que nadie asuma sus responsabilidades. Lo que no voy a permitir es que me vacilen con un tema tan serio. Voy a ir a bocajarro con quien sea porque esto no va a quedar impune”, añade.
Ángel Francisco Zapatero ha puesto el caso en la asesoría jurídica de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), cuyos abogados ya se han personado en el juzgado número 3 de Coslada.
Un portavoz del Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (Summa) asegura que este servicio recibió una llamada en la que se pedía una ambulancia porque había una mujer que sufría una fase crítica de un ataque epiléptico, por lo que se activó una ambulancia convencional, también llamado de soporte vital básico. En la siguiente llamada, la comunicante informó de que la paciente estaba convulsionando, por lo que cambia el recurso y se envía a una UVI móvil.
En la tercera llamada, se asegura que la mujer ha entrado en parada cardiorrespiratoria. Se pasa la llamada al médico de la sala y les dice cómo tiene que iniciar la reanimación. Cuando llegan los facultativos de la UVI móvil, la paciente ya está fallecida. Han pasado, según el portavoz del Summa, 51 minutos desde la primera llamada y 19 desde que se activó la UVI. La gerencia de este servicio asegura que se han cumplido los protocolos, pero que se ha abierto una investigación interna para ver si algo falló. Niega que se produjera una cuarta llamada a las seis de la tarde. “Todas las incidencias están grabadas y registradas”, concluye el portavoz.
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