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El PSC aplaza hasta el verano la decisión sobre el futuro de los diputados críticos

La dirección quiere tomar aire el pacto con el PSOE, las primarias de Barcelona y las europeas

“Largo me lo fiais, amigo Sancho”, dice una célebre cita de El Quijote que parece haber copiado el PSC para resolver la crisis abierta con los tres diputados críticos que el 16 de enero rompieron la disciplina de voto y votaron a favor de pedir la competencia a la Generalitat para convocar la consulta soberanista. Las prisas que entonces mostró Pere Navarro, cuando dio un ultimátum a Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura para que entregaran el acta de diputado, parecen haber derivado ahora en una nueva estrategia para resolver el caso que pasa por dejar pasar los días.

El análisis que se hace en la calle de Nicaragua es que el tiempo corre a favor de la dirección porque desde hace tres semanas se respira una cierta tranquilidad en el PSC y el partido está tomando aire después de convencer al PSOE para que no se suba al carro de PP y a UPyD en las votaciones del Congreso contra el proceso soberanista de Cataluña si previamente no se pacten con los socialistas. A todo eso hay que sumar las primarias de Barcelona para escoger al alcaldable socialista, que se celebrarán a doble vuelta el 29 de marzo y el 5 de abril, y apenas un mes después se iniciará la campaña de las elecciones europeas del 25 de mayo.

Con ese calendario, todo hace prever que hasta por lo menos el mes de junio no se resolverá el expediente abierto por la comisión de garantías que preside Joan Torres y que, formalmente, ya está concluido y solo pendiente de la decisión final.

Formalmente la dirección insiste en el mensaje de que la comisión de garantías es un órgano independiente, pero también se reconoce que no es ajena a la realidad política y que resolver ahora la crisis con una decisión, la que fuera, supondría reabrir una herida en un momento inoportuno para la estrategia política del partido. “Esto va para tres o cuatro meses porque Torres no querrá resolver en un ambiente agitado”, insisten fuentes de la dirección socialista.

Todo ello supone un cambio de estrategia, pues si bien Pere Navarro vino a decir hace apenas mes y medio que o él o los críticos, ahora lo ve de diferente manera. Seguramente algo tiene que ver en su cambio de posición el análisis que hace Antoni Balmón, el secretario de acción política del PSC, mucho más combativo con los críticos en los últimos meses pero que ahora parece estar por templar gaitas, diluir la tensión e imponer una sanción moderada.

Así las cosas, la expulsión del partido que hace mes y medio se antojaba como inevitable se aleja cada día que pasa y nada hace presagiar tampoco que los tres diputados serán apartados del grupo parlamentario. La incertidumbre política catalana, con un posible avance de las elecciones si la consulta soberanista no se celebra, también juega a favor de dejar pasar el tiempo para resolver la crisis interna.

Los críticos lo ven de otra manera y consideran que si la resolución del conflicto va para largo no tiene sentido que, mientras tanto, se les mantenga el “castigo” de estar apartados de todos los cargos orgánicos y rebajados a diputados rasos. “No es lo mismo que esas medidas sean provisionales durante 15 días que durante tres o cuatro meses”, clama una de los expedientados.

La comisión de garantías les envió hace un mes la propuesta de articular un mecanismo de mediación para resolver las crisis y ellos respondieron que sí, pero la dirección aún no se ha pronunciado todavía. El análisis que hace la cúpula del PSC es que las medidas provisionales, tanto en el partido como en la cámara catalana, neutraliza a los críticos y que, ni que sea por agotamiento y división interna, estos acabarán por no dar la batalla.

“Es verdad que existe un agotamiento generalizado, pero lo trascendente no es lo que hagamos nosotros, sino que nuestro electorado nos está abandonando a marchas forzadas por la deriva que ha tomado el partido y la manera de dirigirlo”, advierte un dirigente del sector crítico.

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