Flores para cicatrizar las heridas
Unas 2.000 personas arropan la inauguración del monumento, en la que hubo abucheos al alcalde
José aún no había cumplido dos años cuando su padre, Francisco Cañizares de las Heras, fue fusilado el 23 de enero de 1941 en el Cementerio de San Rafael. No tiene recuerdos de él, pero ayer mostraba con orgullo una foto antigua que lleva en la cartera y señalaba con el dedo el punto del monumento a los represaliados de la Guerra Civil y el franquismo donde está grabado su nombre. Está casi al lado de la leyenda inscrita en el panteón: “Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas”. Málaga honra así la memoria de quienes “perdieron su vida en defensa de la libertad y la democracia”.
José vive en Tarragona y viajó a Málaga con su esposa y un primo para asistir a la inauguración del panteón. “Es lo que hemos estado esperando durante 70 años”, decía. También se desplazó desde Alicante Dolores Martín, de 85 años, que apenas podía hablar de los nervios. Los restos de su padre, César Julio Martín Beltrán, reposan en el mausoleo. En su caso, además, los huesos exhumados han podido ser identificados con la prueba de ADN.
Las lágrimas empañaban los ojos de Dolores. Hubo mucha emoción ayer en San Rafael, escenario de un acto con cerca de 2.000 personas. La mayoría familiares de las víctimas, pero también representación de los partidos políticos y cargos públicos del PSOE, PP e IU. Las flores de colores contrastaban con el mármol del panteón junto a las banderas republicanas y del Partido Comunista. Durante toda la ceremonia fueron constantes los gritos a favor de la libertad y de la República. Entre el público estaba el hispanista Ian Gibson. “Tenía que estar aquí (…) Lo que se ha conseguido en San Rafael es un ejemplo para todo el país”, reflexionó. Para Gibson, España no puede continuar sin afrontar los muertos que tiene “en las cunetas”. Abogó por una “derecha dialogante” y puso como ejemplo al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, del PP.
A las víctimas se las honró con un minuto de silencio y ofrendas florales de todas las Administraciones. Francisco Espinosa, presidente honorífico de la Asociación contra el Silencio y el Olvido, ejerció de maestro de ceremonias. En nombre de la Subdelegación del Gobierno intervino su secretario, Luis Carlos Abreu, y el consejero andaluz de Turismo, Rafael Rodríguez, de IU, fue el representante de la Junta.
Rodríguez pidió la creación un banco público de ADN para identificar a las víctimas e invitó a luchar para que el Estado considere un genocidio los crímenes del franquismo. El alcalde fue abucheado por parte del público en varios momentos de su discurso, pero no se achicó y apostó por “la convivencia y el diálogo”. “Para el Ayuntamiento es un honor haber contribuido a la construcción del monumento”, concluyó.
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