Crespo perdonó tributos a la mafia rusa tras ser invitado a un viaje de lujo
El diputado de CiU fue agasajado con traslados en “helicóptero, comidas lujosas y espectáculos” La Guardia Civil entra por tercera vez en el Ayuntamiento de Lloret de Mar
Andrey Borisovich Petrov hizo todo lo que El ex alcalde de Lloret de Mar, Xavier Crespo, y actual diputado autonómico por CiU, le ordenó. Y más. El presunto capo de la mafia rusa en la Costa Brava patrocinó entre 2007 y 2010 a los equipos de fútbol y hockey de Lloret y pagó en efectivo un viaje de lujo a Rusia de Crespo, su esposa y un hijo de ambos en clase preferente. Allí les agasajó “con viajes en helicóptero, lujosas comidas y espectáculos”. A cambio, Crespo prometió allí mismo perdonarle al mafioso 133.000 euros en tasas de obras y poco después cambió las ordenanzas para permitirle construir un centro comercial en la antigua plaza de toros, donde estaba previsto edificar una residencia para deportistas. Es lo que mantiene el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el escrito que ha remitido al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que contiene los indicios delictivos que amparan la imputación de Crespo, aforado por su condición de parlamentario.
El texto se hizo público el mismo día que los agentes de la Guardia Civil volvían al Ayuntamiento de Lloret por tercera vez desde que estalló la la operación Clotilde. Dos agentes de paisano solicitaron información a la Intervención y entregaron dos citaciones, una al interventor municipal y otra al concejal de Urbanismo, Jordi Martínez. Ambos declararon como testigos por la tarde en las dependencias del cuerpo armado en Girona.
Crespo conoció a los líderes de la trama de blanqueo en el viaje a Rusia
Petrov aprovechó ese viaje para presentar a Crespo a Víktor Kanaikin y Serguéi Nalinov, “los propietarios reales” de Diagnostics Development Company (DDC) —la empresa que el mafioso utilizó supuestamente para lavar dinero en Lloret— y ambos “líderes” de la trama internacional de blanqueo de capitales, según el juez Velasco.
El viaje, que duró tres días entre el 16 y el 18 de febrero de 2008, resultaría luego fundamental para los intereses de Petrov, que pagó los billetes en efectivo y no quiso factura. El presunto capo guardaba fotos del evento en uno de sus ordenadores de casa, analizado por agentes de la Guardia Civil tras su detención el 25 de enero.
Con Crespo también viajó a Rusia la arquitecta que trabajaba para las empresas de Petrov, Pilar Gimeno, y toda su familia. A Gimeno, en la cárcel, le atribuye el juez los delitos de blanqueo de capitales, cohecho y falsedad en documento mercantil. Ella fue la encargada de mediar entre el Ayuntamiento gobernado por Crespo y el presunto capo. Las relaciones fueron fluidas. Gimeno es “una gran amiga personal” de Crespo, según el escrito del juez Velasco.
La idea de que la mafia rusa patrocinara los equipos de fútbol y hockey de Lloret fue del propio Crespo, que en 2003 dejó la presidencia del equipo de hockey, al que su familia siempre ha estado vinculada. Su esposa, Guadalupe Oliva, es la vicepresidenta; sus dos hijos juegan en él y su amigo Joan Perarnau era hasta ayer el presidente. Perarnau, imputado por cohecho, dimitió de su cargo, al igual que el tesorero y la secretaria del club. Petrov se gastó en total 270.000 euros en patrocinar ambos clubes, más 24.000 en unas obras de los vestuarios del de fútbol. Fue el propio Crespo el que sugirió la forma de pago, mediante cheques.
Petrov presentó el diputado de CiU a Víktor Kanaikin y Serguéi Nalinov
El capo ruso, según el juez, “se vio obligado” a aceptar el patrocinio de los clubes de fútbol y hockey porque era “la única forma” de conseguir que el Ayuntamiento modificase los usos del terreno de la antigua plaza de toros, según han declarado los imputados. El trato, cerrado en el viaje a Rusia, dio sus frutos y el pleno municipal de Lloret aprobó en abril de 2009, con los votos de CiU y PP, una polémica rebaja impositiva por la que Petrov se ahorró 133.000 euros en el impuesto de construcción. El equipo de Gobierno calificó la obra de “interés público”, a pesar de las protestas de la oposición, que denunció el “trato de favor” a DDC.
Uno de los que más defendió los cambios en beneficio de Petrov fue el entonces concejal de Urbanismo, Josep Valls, y actual teniente de alcalde. Valls, presidente del equipo de fútbol de Lloret, está imputado en la causa por prevaricación y soborno. Los hijos de Valls y los de la arquitecta jugaban en los clubs de la localidad.
El juez Velasco también tiene indicios de que Petrov regaló a Crespo un reloj de 3.000 euros, botellas de vino, cestas de Navidad y un segundo viaje a Rusia, donde Crespo volvió acompañado por el actual alcalde de Lloret, Romà Codina (entonces concejal), Josep Valls y varios empleados municipales para ir a una feria de turismo. El capo se habría hecho cargo de los costes del viaje en clase business y de abonar habitaciones de hotel más caras de las previstas. Codina sostiene que todos los viajes a las ferias de turismo los ha pagado el Consistorio. Además, el juez tiene identificadas tres compras en una joyería por 915, 1.000 y 7.720 euros, respectivamente, entre 2010 y 2011 que presuntamente serían regalos para Crespo.
Las buenas relaciones entre Crespo y Petrov se rompieron en 2010, cuando el mafioso empezó a tener problemas con el Ayuntamiento. Petrov decidió entonces dejar de pagar los patrocinios, lo que provocó que la esposa de Crespo, Guadalupe Oliva, llamase a Gimeno para exigirle el dinero. Ambos equipos “siguieron funcionando igual” cuando se quedaron sin patrocinador, según el juez, que duda que todo el dinero abonado por Petrov fuese a parar a los clubes, tal y como declararon los dos presidentes.
Agentes de la Guardia Civil ante el Consistorio de Lloret. / pere duran
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.