La moda ¿por venir?

Advertencia: comienza la XIII edición de la Valencia Fashion Week (aka VFW), del 13 al 15 de septiembre en el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Lloren de alegría, lloren sin reprimirse, porque tenemos de nuevo pasarela con las colecciones de Primavera/verano del 2013. Así que prepárense ustedes para una nueva sobredosis informativa sobre tendencias, prendas, cortes, estilismos y (pseudo)celebrities. Eso sí, vayan abriendo el paraguas mental para soportar la tromba hiperbólica de elogios, palabros, juicios y exageraciones tan connaturales al mundillo moda. Y es que el ejercicio cabal promete ser potente. El caso.

Ion Fiz volvió con su sofisticación contenida

El caso es que al igual que el fútbol, la moda tiene ligas. Hay una Champions de la alta costura parisina, una Primera División del prêt-à-porter milanés, y una tercera regional de centro comercial. La VFW se lanza, desde la periferia, a jugar en el campo concurrido de la prêt-à-couture, o moda de autor, como les gusta recalcar. Y el balón da en el larguero por lo modesto del presupuesto actual. El prêt-à-couture es una manera más actual de enfocar la moda, huyendo del low cost pero sin llegar a la exclusividad de la couture. Vamos que no es Ryanair pero tampoco es All Nipon Airways. Un Airnostrum de fondo de armario. La moda es un lío. Y la vida.

Abrió Ion Fiz con su segunda línea. Serie By Ion Fiz llegó invitado con los deberes hechos. Su planteamiento sigue en la línea fizística, marca de la casa, de sofisticación contenida y premeditada fragilidad, como en temporadas precedentes. Sin sorpresas. Inspirado por la decadente Lisboa y su arquitectura pombalina, exhibió una colección correcta y comercial, aunque pecó de abuso de básicos.

Álex Vidal sortea los tópicos en su inspiración marroquí

La diseñadora catalana Bibian Blue juega al romanticismo de libro, al vintage escénico y a cierta perversión lozana por el pastiche burlesque. Retro es su clave. Bien. Llegó Moisés Castañeyra. El año pasado se estrenó con una relectura, algo desenfocada, de la obra arquitectónica de Zaha Hadid, ahora cambia de registro con una colección más orgánica, aunque igual de fría, de patronaje bien resuelto en crudos y negros.

El otro punto fuerte del día era Álex Vidal. Evidentemente, su moda es la indumentaria de la mujer feliz, burguesa, carente de preocupaciones cotidianas. Y eso en estos tiempos convulsos. Toda una tarea armar de verosimilitud el artificio. Vidal se va a Marruecos con su colección Souk. Se empapa de los colores, de los olores, de los mosaicos de texturas, y del punto rústico. Sorteando hábilmente los tópicos. Su habitual línea A evoluciona en una interesante segunda piel. Las prendas en blanco, negro y fango, se desestructuran sin caer en las temibles asimetrías. Una colección mayor, vibrante, de patronaje mimado que capta la emoción ensoñadora del (no) momento.