Baltar suprime ‘chiringuitos’ mientras consolida a enchufados
La Diputación de Ourense presenta un plan para hacer frente a una deuda de 50 millones pero convoca concursos de méritos que aprueban afines al PP
El crash del baltarismo afecta al corazón del baltarismo. Apenas cuatro meses después de suceder a su padre al frente de la Diputación de Ourense, a José Manuel Baltar no le salen las cuentas. Necesita dinero para pagar 3,4 millones de euros que debe a proveedores, las nóminas de sus 900 empleados, las subvenciones nominativas que concede por criterio exclusivamente personal y el dinero para hacer frente a servicios que no asumen otras Administraciones. El organismo tiene una deuda viva de 50,8 millones a la que se suma un crédito de 2,3 millones que Baltar padre solicitó al Instituto Oficial de Crédito.
Incapaz de hacer frente a estos números, ayer el segundo de los Baltar anunció 43 medidas para ahorrar seis millones de euros y rebajar la deuda en un 15% antes de las próximas elecciones locales. Básicamente, suprimiendo chiringuitos. Pero mientras con una mano anuncia recortes que incluirán la extinción de contratos a un centenar de empleados temporales, con la otra consolida los empleos de los enchufados del PP. En una institución en la que más del 40% de su presupuesto se evapora en pagar nóminas de personal.
En plena presentación de su plan estratégico para los tiempos de crisis, José Manuel Baltar Blanco consolida empleos a enchufados del PP. Esto es, lucha contra el crash del baltarismo a base de baltarismo. Mientras anuncia los recortes, la máquina de empleos de la Diputación sigue su curso. En el mes de mayo, Baltar consolidó los empleos de tres enchufados (personal eventual contratado por tres o seis meses) del partido que preside. Convocó, mediante concurso de méritos, tres plazas de agente de empleo y desarrollo local. Y ya hay aprobados dando pasos hacia el empleo fijo: el hijo del exalcalde de Coles, la hija del número cuatro del partido en Punxín y la hija de una dirigente del distrito centro del PP que pugnó con dureza contra los fieles a Feijóo por conservar ese bastión orgánico en la ciudad. No serán los únicos.
Suprime la hípica de A Limia, Urbaourense y las granjas provinciales
El presidente de la Diputación ourensana explicó ayer su plan de ahorro para sacar a flote la endeudada institución: suprimir Urbaourense —la empresa urbanística con 100.000 euros de pérdidas en 2011—, externalizar la escuela de equitación de Vilamarín y suprimir la hípica de A Limia inmersa en un proceso judicial donde se dirimen irregularidades en los fondos europeos con los que se construyó. Si no encuentra una empresa que lo gestione, cerrará. La Escuela de Artes y Oficios desaparecerá temporalmente y, además, se revisará la viabilidad de las granjas provinciales. De la quema se salva el Teatro Principal, dirigido por su exmujer y también deficitario. En 2012, su coste se elevará por encima del millón de euros pero la previsión de ingresos se reduce a poco más de 20.000. Verá sin embargo mermado su presupuesto. Al igual que en todos los centros dependientes de la Diputación, el recorte rondará el 30% a partir de 2013.
Pero mientras Baltar Blanco anunciaba estos recortes, no solo consolidaba los empleos de tres enchufados hijos de cargos del partido. El presidente provincial ha abierto otra oferta de empleo para ocho plazas de técnico para un proyecto financiado por el Fondo Social Europeo (Innova Emprego II Ourense 3.0). Se apuntaron 102 ourensanos. Los empleos son sagrados.
El deficitario teatro Principal, que dirige su exmujer, queda a salvo
La oposición se pregunta qué va a pasar con el personal, ya que Baltar no explicó su reorganización, que aseguró que presentará “próximamente”. La Diputación comunicó la extinción de contratos a un centenar de empleados temporales. Pero eso ocurre siempre: los vuelven a contratar.
PSOE y BNG ponen en duda la desaparición de esos contratos. Afirman que se pueden “trampear” a través de fondos de cooperación local, por ejemplo para los grumir. Una treta mediante la cual “no será personal que se financie directamente a través de la Diputación pero sí formará parte de prebendas políticas”. Ambas organizaciones reducen el plan de ajuste de Baltar a una “puesta en escena” que, además, supone una “crítica rotunda a la gestión de su padre”.
Los empleados fijos de la Diputación son votos y por eso no se tocan. No solo no se despiden, sino que se les va consolidando en un proceso de funcionarización que acabará por convertirlos en fijos, engordando el considerable gasto en nóminas en tiempos de recortes a todo gas.
En un gesto efectista, el último pleno provincial aprobó una suspensión temporal de beneficios (según Baltar “derechos adquiridos”) insospechados para otros trabajadores que los empleados fijos tenían intactos. Entre otros, se suprimieron un seguro sanitario privado y otro de vida, el pago de una parte de la hipoteca, las subvenciones para la escolaridad de los hijos de los trabajadores o aportaciones para el plan de pensiones. Se los devolverán cuando mejoren las cuentas
En realidad, los recortes ya empezaron antes de que Baltar padre abandonase. Durante la transición familiar, el exbarón ordenó la disolución del Patronato de Turismo, la eliminación de las aportaciones al Festival Internacional de Cine y al recinto ferial Expourense. Pero tampoco afectan a las subvenciones nominativas. Esta misma semana se aprobó la concesión de medio millón de euros en concepto de subvenciones nominativas (concedidas a dedo sin convocatoria pública y sin finalidad concreta). El 97% se destinará a ayuntamientos del PP. Destacan 100.000 euros para “gastos de funcionamiento” de la Mancomunidad de Celanova, presidida por el alcalde de Quintela de Leirado, Antonio Pérez. En esa mancomunidad trabajan 16 personas relacionadas familiarmente con el alcalde y los ediles de la corporación de Quintela de Leiredo.
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