Toda “economía creativa tecnológica” se alimenta de la fuente de la creación. Se debe salvaguardar un esquema de equilibrio para remunerar a los creadores que garantice la investigación y la diversidad cultural europea
Se precisa, con urgencia, una revisión y clarificación nacional e internacional de los Derechos de Propiedad Intelectual para adecuar la legislación a las nuevas necesidades de los creadores y de los negocios culturales