_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Siete pasos

Almudena Grandes

Escandinavia, diciembre de 2010. Liu Xiaobo, el activista chino condenado a 11 años de prisión por promover un manifiesto a favor de la democracia y los derechos humanos, no puede viajar a Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz. El Gobierno chino, que lo considera un criminal, mantiene bajo arresto domiciliario a su esposa y a otros 150 activistas de su organización, para garantizar que nadie recogerá ese galardón, pese al clamor indignado y unánime de las naciones democráticas.

Escandinavia, diciembre de 2010. Un tribunal de Suecia, país que se autocomplace en presentarse como espejo de los derechos humanos gracias, entre otras cosas, a la concesión de los Premios Nobel, procesa por un delito de violación, previamente desestimado por el fiscal, a Julian Assange, creador de Wikileaks. Representantes de las mismas naciones que claman contra la prisión de Xiaobo, como Sarah Pallin o Tom Flanagan -asesor del primer ministro de Canadá-, han dicho de él que es tan terrorista como Bin Laden y que haría falta un asesino que lo liquidara en cualquier esquina. Un detalle menor, pero significativo, es que una de sus demandantes, Anna Ardin, tenía hasta hace poco en su blog una sección titulada "Cómo acabar con un hombre de forma legal en siete pasos".

Las comparaciones son odiosas, pero, con frecuencia, inevitables. No sé quién es Assange. No sé quién le filtra las filtraciones que le agradezco, ni si pueden obedecer a algún dudoso interés oculto. Pero el hecho de que la justicia de un país como Suecia haya tramitado una querella de semejante individua, para equiparar después un accidente -la ruptura de un preservativo- en una relación sexual consentida con una violación, coloca a la población mundial, a mi juicio, en un riesgo mayor que la existencia de Wikileaks, aunque ninguna nación democrática esté clamando por ello.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_