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Reportaje:

Una condena para Winnie Mandela

Un tribunal de Pretoria considera a la líder surafricana culpable de fraude y robo

Winnie Madikizela-Mandela, una de las mujeres más famosas de África, fue declarada ayer culpable de 43 casos de fraude y 25 de robo por la Corte de Justicia de Pretoria. "Las evidencias del Estado son abrumadoras", dijo el juez Peet Johnson. El rostro de Madikizela-Mandela, de 66 años, no mostró ninguna emoción al recibir la noticia. Los cientos de personas que esperaban fuera de la pequeña sala del tribunal, que estuvo repleta de medios de comunicación, familiares y simpatizantes de los dos coacusados, la vitorearon en señal de apoyo.

Mandela fue acusada, junto con el asesor financiero Addy Moolman, de haber obtenido préstamos por más de 120.000 euros que la Liga de Mujeres del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA), presidida por Madikizela-Mandela y de la cual Moolman es gerente, consiguió para personas que supuestamente eran sus empleados. Las solicitudes de préstamos al banco Saambou Bank fueron formuladas en el membrete de la organización y firmadas por Madikizela-Mandela, como presidenta. Los beneficiarios de los préstamos de hecho no eran empleados de la Liga de Mujeres, como se estableció durante el juicio, que comenzó en julio pasado, sino familiares o amigos de Madikizela-Mandela o de Moolman. Los dos se declararon inocentes de los casos de fraude y robo que les imputa el tribunal, cada uno de los cuales puede acarrear un máximo de 15 años de prisión. La Corte de Pretoria anunciará hoy las penas impuestas.

'Mamá África' fue el símbolo de la lucha de la mayoría negra contra el régimen racista de Suráfrica

Las condenas por robo se basaron en el hecho de que una cantidad fue restada de los préstamos recibidos supuestamente para pagar un seguro para financiar los funerales de los beneficiarios, póliza que en realidad no existió.

Durante el largo juicio salieron a la luz detalles del estilo de vida que llevó la ex primera dama una vez que se divorció de Nelson Mandela en 1996. Ella había afirmado que no podía vivir con menos de 7.000 euros al mes, suma que para la gran mayoría de los surafricanos equivale a los ahorros de una vida.

Apodada Mamá África por su infatigable lucha los 27 años que Mandela permaneció en prisión, su figura desafiante, con el puño en alto, se convirtió en el símbolo de la lucha que la mayoría negra siguió contra el régimen racista del apartheid. Hoy, Winnie Madikizela-Mandela sigue siendo una mujer orgullosa. Los abogados de la política surafricana argumentaron que Madikizela-Mandela había sido engañada para participar en un fraude del cual no tenía conocimiento. Ella argumentó que firmó las peticiones de préstamos sin leer su contenido. Sus abogados acusaron al asesor Moolman, personal del banco y empleados de la Liga de Mujeres de mentir respecto del papel que Madikizela-Mandela tuvo en la petición de los créditos. Pero el juez rechazó esos argumentos. "Ambos acusados tenían la intención expresa en cada uno de los casos en que estuvieron involucrados de cometer fraude. No puede haber duda alguna de que ambos tenían una causa común", dijo.

Ayer, los dos acusados salieron en libertad condicional y negaron hacer comentario alguno a la prensa.

Ésta no es la primera vez que Madikizela-Mandela tiene problemas con la justicia. Actualmente está intentando desmontar una moción en su contra del Comité de Ética del Parlamento, que la acusa de no haber declarado los intereses económicos y donaciones recibidas, que se estiman triplican su sueldo de parlamentaria. La oposición inmediatamente pidió la renuncia de Winnie Madikizela-Mandela del Parlamento. "Un diputado condenado por 43 casos de fraude no debe seguir en la Cámara", dijo en una declaración Douglas Gibson, jefe parlamentario de la opositora Alianza Democrática.

El prestigio de la combativa mujer sufrió un primer golpe en 1991, tras ser acusada de estar relacionada con el secuestro y asesinato de Stompei Seipel, un joven activista de 14 años de edad. El crímen ocurrió en su casa de Soweto y fue perpetrado por miembros de su famoso Mandela United Football Club, un grupo de jóvenes que utilizaba la violencia para mantener su predominio político en la zona. En esa ocasión la pena de seis años en prisión fue conmutada por una fianza tras la apelación. Su reputación sufrió otro golpe cuando Mandela la echó del Gobierno en 1995 y obtuvo el divorció un año después aduciendo adulterio. El matrimonio se habían separado en 1992. Igualmente, el Premio Nobel de la Paz, arzobispo Desmond Tute -considerado como la conciencia de Suráfrica-, la acusó en público en 1998, durante una sesión de la Comisión de Verdad y Reconciliación, de falta de respeto a los derechos humanos.

Imagen de Winnie Mandela captada el pasado mes de febrero.
Imagen de Winnie Mandela captada el pasado mes de febrero.AFP

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