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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las cárceles

Rosa Montero

Si un país con buena fama democrática como Dinamarca es capaz de cometer semejante exceso carcelario con Uralde y los otros verdes, imaginen lo que pueden ser las prisiones de una dictadura tan pétrea y feroz como la castrista.

Ya saben que Reporteros Sin Fronteras promueve el apadrinamiento de periodistas presos, y yo este año he escogido a Miguel Galván Gutiérrez y Fabio Prieto Llorente, dos cubanos que cayeron en la primavera negra de 2003, cuando 75 opositores fueron detenidos por el simple hecho de opinar distinto. Unos juicios de opereta condenaron a Miguel y a Fabio a 26 y 20 años de cárcel, respectivamente. Ya llevan dentro seis. Han debido de ser interminables. Elegí a ambos periodistas justamente para hablar de las prisiones cubanas. Agujeros negros que nadie menciona.

No tengo espacio para contar los pormenores del horror; los castigos en celdas de aislamiento; las condiciones inhumanas, con jergones mugrientos, a veces sin ventanas o en cuartos tan pequeños que no caben de pie; subalimentados, maltratados por otros presos (al parecer uno de los métodos de doblegamiento consiste en fomentar que los comunes les agredan) y a menudo sin asistencia médica. Los dos están enfermos y las familias temen por sus vidas. Pero lo peor, supongo, es saberse perdidos para el mundo, totalmente indefensos, sin más derechos que un ratón en una jaula, en el corazón de la arbitrariedad.

Todos los días, en cualquier momento, sin necesitar justificarse, pueden encerrarlos con presos violentos, o prohibirles cartas y visitas, o meterles en una celda de castigo sin luz. Es decir, todos los días, en cualquier momento, pueden hacerles cualquier cosa. Ésa es la enloquecedora esencia de las dictaduras: la impunidad. El caso Uralde llenó los periódicos, y con razón. Pero, por favor, no nos olvidemos de estos otros presos.

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