Infierno a la puerta de casa
Dos lesbianas almerienses denuncian el acoso que sufren de sus vecinos
Manuela, como quiere ser identificada, tiene 45 años y vive con su pareja, de 36, y con sus hijos, de 8 y 15, una pesadilla a las puertas de su casa en Rioja (Almería, 1.363 habitantes). Afirma que tres familias vecinas las acosan por ser homosexuales: "No quiero ver a la gente ni sus caras. Por eso me llevo la basura en el coche para tirarla lejos. Estamos ya cansadas de tanto insulto. No tenemos nada en contra del pueblo de Rioja ni de sus gentes, que son buenas personas todas. Sólo tenemos este problema con estas tres familias".
Manuela afirma que un vecino le gritó: "¡Tortillera, lesbiana, párate que te voy a matar!"
El "problema" al que Manuela hace referencia se ha saldado ya con al menos media docena de denuncias ante la Guardia Civil y unos tres juicios rápidos que no han servido para disuadir a sus acosadores. La última de las denuncias fue interpuesta en el cuartel de Gádor el pasado 21 de mayo, cuando la fachada de su hogar quedó impregnada de huevos estallados y en el porche de entrada colgaron una cabeza de pollo junto a un montón de sal y una vela negra.
Es sólo el último episodio de una pesadilla que arrancó hacia 2005, dos años después de que se instalaran en el municipio y una vez que sus vecinos conocieron sus tendencias sexuales. "Al principio lo fuimos dejando por no tener problemas e intentábamos no hacerle caso. Pero ya es diario y continuo. Los insultos y la palabra tortillera es algo que vocean con total tranquilidad. Y a nuestro hijo le llaman lesbiano. Incluso me consta que han llegado a pasar una hoja de firmas para pedir que nos fuéramos del pueblo", relata Manuela entre sollozos y con lágrimas en los ojos.
Una de las experiencias más aterradoras le tocó vivirla a Manuela cuando conducía un ciclomotor con su hijo por la carretera del puente de Rioja. De repente escuchó gritos: "¡Tortillera, lesbiana, párate que te voy a matar!". Tres hombres se acercaron entonces y uno, con un cuchillo de grandes dimensiones en la mano, dijo: "Te vamos a matar, te vamos a sacar la matriz por la boca, no te metas más con mi mujer". Ella se limitó a contestar que llevaba mucho tiempo sin ver a su mujer y que nunca se había metido con ella. El niño, que se orinó en los pantalones de la impresión, pidió a Manuela que se marcharan y ésta fue de nuevo al cuartel de la Guardia Civil de Gádor a interponer denuncia.
El último de los juicios celebrado fue hace apenas una semana. Una de las vecinas aseguró haber sido insultada por la pareja homosexual. Tanto Manuela como su pareja afirmaron ante el juez que el día en que se denunciaron estos hechos, ellas no estaban en el pueblo. "Sin embargo, la familia llevó testigos falsos que eran, precisamente, miembros de las otras dos familias que nos suelen insultar cuando nos ven. El juez decretó una multa de 60 euros para nosotras", concluye la mujer.
La desesperación de las dos mujeres -la más joven está en tratamiento psiquiátrico por lo ocurrido y ha intentado suicidarse- les llevó a pedir ayuda a la asociación de gays y lesbianas Colega en Almería. Su presidenta, Emilia Becerra, asegura que el caso de esta pareja no es el primero que ocurre en Almería. "Desde 2006 a esta parte se han podido dar una docena de casos, pero ninguno se atreve a denunciar y, por supuesto, ni mucho menos ir a juicio. En el fondo, Manuela ha sido muy valiente", apunta. Colega ha hecho pública la situación de Rioja y pidió que cesaran las agresiones. La noticia llegó al diputado socialista Francisco Garrido, que planteará una pregunta al Congreso para pedir explicaciones al Gobierno "sobre la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con respecto al acoso" que desde hace meses sufre la pareja homosexual.
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