"Hago que las cosas ocurran y eso es como la física"

Rosina, con eso basta. Basta con pronunciar su nombre de pila para que casi cualquiera que esté atento al mundo del arte sepa a quién nos referimos. A Rosina Gómez-Baeza, directora del Centro de Arte y Creación Industrial LABoral, en Gijón; ex directora de la feria de arte Arco, al frente de la cual estuvo 20 años, de 1986 a 2006. En efecto, "doña Rosa es la que manda", dice el atento camarero mientras ofrece la croqueta que resta de los entrantes.

"Creo que tengo cierta capacidad para hacer que las cosas ocurran. Es toda una tarea. Cuando ves que algo es viable hay que desarrollar las sinergias entre las partes. Es como en física, las partículas se tienen que unir, tienes que hacer que la fusión se produzca", explica. Por lo pronto, el almuerzo está bien organizado: se ha ocupado de encargar el día anterior un delicioso rosbif, especialidad del restaurante que ha elegido, muy cerca de LABoral y de la casa que la vio nacer y a la que ha regresado.

La directora de LABoral de Gijón cree que el artista abre nuevos campos

Estuvo poco en Gijón. A los nueve años se mudó a Inglaterra, donde su padre ampliaba sus estudios de metalurgia en la Universidad de Birmingham. Después de licenciarse en Cambridge en Filología Inglesa (se nota su perfecto acento inglés cuando cita a Oscar Wilde), regresó a España, donde, al cabo de unos años, participó en la creación del recinto ferial Ifema, en Madrid, en el seno del cual nació Arco. "Trabajé muchísimo, no hubo otra vida para mí", dice. "Lamento no haber dedicado más tiempo a otras cosas importantes, siendo madre. Decir esto es típico de las mujeres, los hombres no lo dicen... Pero lo disfruté".

En LABoral tratan de aunar arte, ciencia y nuevas tecnologías. "Creo que la creación artística es fundamental en el desarrollo de los pueblos, no solo en el desarrollo espiritual y cultural, sino en el económico", dice ya delante del rosbif. "Siempre llevo un cuaderno de notas encima donde apunto pensamientos y cosas que oigo. Encontré uno de 1982 donde ya entonces había escrito 'nos hace falta cultura técnica'. El desarrollo científico-tecnológico representa el mundo actual. ¿Cómo podemos obviar esto?".

"El centro de arte de hoy no puede ser un museo en el que se admiren cosas, tiene que ser, además, un lugar donde se puedan establecer diálogos enriquecedores con artistas, con creadores, con el otro, esa es la cultura de hoy", explica. Ahora mismo puede visitarse Pasajes. Viajes por el hiperespacio, una muestra de la vanguardista colección de Francesca Thyssen.

Otra de sus luchas es la divulgación, hacer que la gente aprecie estas formas artísticas: "Desde los impresionistas, durante todo el siglo XX, ha habido que luchar contra la incomprensión ante lo nuevo. Pero, para mí, artista es quien abre nuevos campos".

Acompaña el café reflexionando sobre la vuelta a sus raíces: "Me encuentro muy bien porque estoy en la casa donde nací. Echo en falta cosas de Madrid, pero tengo un trabajo apasionante, en un entorno maravilloso. En LABoral somos pocos pero muy unidos, hay como mucha marcha, en el sentido de que estamos como imbuidos de una sacrosanta misión [se ríe]. Creemos en nuestro trabajo como un compromiso con nosotros mismos primero y con la sociedad. Difícil, ¿eh? ¿Crees que estamos locos?".